La campana más antigua de Galicia está en Baiona y corona la emblemática Torre del Reloj. Es la única del siglo XVI en todo el territorio gallego, según confirma el mayor experto en la materia, el investigador Estanislao Fernández de la Cigoña, que ha catalogado 4.000 en toda la comunidad. La pieza se ha convertido en el último tesoro renacentista hallado en una villa que guarda decenas de ellos de aquella época en la que logró su papel protagonista en la historia universal al recibir la primicia del Descubrimiento de América a bordo de “La Pinta”.
Fue construida en 1551, según reza en sus inscripciones góticas. Tres siglos antes de lo que se creía. Y es que la pieza forma parte de otro tesoro datado en 1861, el reloj de la torre situada en el corazón del casco histórico, restaurado en 2016 por el prestigioso relojero ponteareano José Higinio Suárez Garra, “Secho”. Poco duró la maquinaria en marcha desde la reparación.
Las quejas vecinales por el ruido llevaron al Concello a silenciar la campana en cuestión de semanas. Las agujas sí marcaron el horario hasta que estalló la pandemia. El Concello dejó de darle cuerda cada cinco días, como había indicado el experto, y el mecanismo se paró.
Ahora el gobierno municipal quiere devolverle la actividad y para tal fin regresaron a la villa el relojero y su ayudante, Sebastián Merino. Fue su visita la que sacó a la luz la antigüedad de la campana. El colaborador se jugó el tipo a 10 metros de altura para fotografiar la pieza, sujeta de una estructura de forja. “Con una mano sostenía el teléfono y con otra me agarraba para no caerme”, explicaba ayer al repetir la visita con Secho, con el alcalde, Carlos Gómez Prado, y con el historiador local Anxo Rodríguez Lemos, quien asegura que la campana procede de la Torre del Reloj primigenia de Baiona, la de la fortaleza de Monterreal. La documentación histórica, asegura, indica que “naquela torre do castelo houbo campá, cuxo coste en 1510 fora duns dez ducados”. “Foi restaurada en 1551, a mesma data que recollen as inscripcións, e era empregada para dar alarma en caso de ataques inimigos. Herminio Ramos fixo constar o seu traslado en 1860, á torre do Concello vello”, explica.
Inscripciones góticas
Las letras góticas que recogen las imágenes de Sebastián Merino dan cuenta de la antigüedad de la campana. Una de las frases dice literalmente “esta onra se fizo en la era de mil e quinientos cincoenta I anos”.
Por su historia y por sus inscripciones, la campana “es un auténtico tesoro”, según afirma Fernández de la Cigoña. Según sus estudios, es muy poco frecuente que haya perdurado cinco siglos. Las campanas eran el principal medio de comunicación por aquel entonces y acababan rajándose con el frecuente uso. “Lo habitual era que se refundiesen y se les inscribiese otra fecha”, señala. “Tenemos muchas campanas en Galicia de los siglos XVII, XVIII, pero del XVI esta es la única que se conserva”. El investigador también se había subido a la cúspide pese a su difícil acceso hace años para registrarla en sus archivos, pero nadie había reparado en la singularidad de la pieza hasta ahora.
Las horas y las medias volverán a sonar de día
Tras visitar de nuevo el mecanismo fabricado en 1861 en Euskadi por Cándido de Isasmendi, el alcalde y el relojero acordaron ponerlo a funcionar en unas semanas. Volverán a moverse las agujas y volverán a sonar las campanas a las horas en punto y a las medias, aunque para evitar controversia en el vecindario, el profesional traerá a la villa un sistema que está probando en la concatedral de Ferrol para que solo se escuchen durante el día. El regidor considera que “hai que recuperar o reloxo porque aquí fíxose un traballo moi importante hai seis anos e esqueceuse”.