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Cesantes cambia su perfil marítimo

Las mareas vivas cubren por completo el arenal y anegan el parque infantil

El mar se traga los paseos de Cesantes

El mar se traga la playa de Cesantes y alcanza el paseo marítimo, ayer. / José Lores Antonio Pinacho

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El mar se traga la playa de Cesantes y alcanza el paseo marítimo, ayer. / José Lores Antonio Pinacho

La Ría de Vigo registra estos días las mareas vivas más acentuadas del año que están dejando espectaculares estampas en los puertos y playas, aunque uno de los puntos más llamativos en el arenal de Cesantes. Esta playa redondelana se quedó ayer sin arena durante la pleamar, donde las aguas alcanzaron el paseo marítimo y dejó el parque infantil completamente anegado, mostrando una llamativa imagen con los columpios en medio de la laguna formada en la zona dunar de A Punta.

El parque infantil de la playa de Cesantes, ayer, completamente anegado. / José Lores

Esta situación no es excepcional, puesto que se repite cada año en marzo y en septiembre con los equinoccios, pero la realidad es que siempre atrae a Cesantes a curiosos para contemplar el espectáculo que dejan las altas mareas. A pesar de que ayer llovía, dos peregrinos se acercaron hasta la playa para ver el fenómeno. “Es impresionante, no imaginábamos que pudiera subir tanto la marea. Los columpios del parque o la pista de voleibol quedan en mitad del agua, que desborda el paseo. Ha sido una suerte que coincidiera hoy justo cuando pasábamos por Redondela para poder verlo”, comentaban los toledanos Fernando Rodríguez y María José Delgado, que realizan el Camino de Santiago.

La marea alcanza el chiringuito de la playa de Cesantes. / José Lores

El propietario del chiringuito de Cesantes, Alberto Lago, ya está acostumbrado, pero reconoce que la situación llama la atención y atrae a gente. “La mitad de mi terraza se queda cubierta por el agua, pero hay gente que incluso se sienta igual en las mesas y se toman algo mojándose los pies. Les parece una experiencia diferente, una situación curiosa”, comenta.

Una vecina de la zona, Sabina, bañista habitual, no perdió ayer la oportunidad de pegarse un chapuzón pese a que el día no acompañaba. “Aunque ya lo vi muchas veces, me parece bonito porque el aspecto de la playa cambia totalmente al desaparecer la arena. Y también es muy espectacular la bajamar, en la que puedes ir caminando hasta la isla”, puntualiza.

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