Su nombre es Antonio, tenía 77 años, y ayer lo encontraron muerto en la cocina de su vivienda. Fue un amigo del municipio el que dio la voz de alarma “tras varios días sin saber nada de él, no venía como siempre a la cafetería en la que coincidíamos”, explica. Fue entonces cuando consultó con otro bar de Ponteareas, al que el fallecido iba también con cierta frecuencia, si allí lo habían visto. Ante la negativa, decidió alertar a la Policía Local y a un familiar de Antonio. Tampoco la familia sabía nada del paradero del septuagenario. Acudió a la vivienda de Antonio “y ya tenía la sensación de que algo iba mal”. Timbró varias veces en la vivienda del fallecido, pero nadie salió a abrirle al puerta, según explica. “Cuando llegó el familiar accedimos a la vivienda y nos encontramos el cuerpo de Antonio”, explica. El cadáver no presentaba signos de violencia, por lo que todo indica que su muerte se produjo por causas naturales.

Al lugar, conocido como la Costa de San Gregorio, acudió la Policía Local, Bomberos de Ponteareas y una ambulancia, “pero no pudieron hacer nada, más que certificar la muerte, ya que llevaba fallecido varios días”.