Arbo reabrió ayer el histórico barrio de la estación tras unas obras que transformaron por completo el lugar, cediendo el protagonismo a las personas. Con un presupuesto de cerca de 600.000 euros, asumido íntegramente por la Diputación de Pontevedra, se actuó en un tramo de casi medio kilómetro entre el entorno de la capilla de San Antonio y la estación de tren.

La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, inauguró las obras junto al alcalde, Horacio Gil, concejales, vecinos y autoridades de la Comandancia Naval del Miño. La presidenta provincial reconoció que el barrio “merecía una actuación como esta que respondiera a un entorno tan hermoso” y adelantó que la Diputación estudiará la propuesta del alcalde para dar continuidad a la obra, de manera que se pueda enlazar con la carretera provincial que baja desde el casco urbano y mejorar así el acceso a la estación.

Por su parte, Horacio Gil destacó que se trataba de una obra necesaria porque “la última reforma se hiciera en los años 70 y había que arreglar las infraestructuras, especialmente saneamiento, abastecimiento y mejorar el pavimento para hacerlo más accesible a todos los vecinos”.