La Xunta recomendó ayer equiparar las restricciones de Baiona, Nigrán y Gondomar a las de los concellos declarados en prealerta por sequía para rebajar el gasto de agua. Aunque todavía no los considera en ese estado, la Oficina Técnica da Seca acordó ayer intensificar el seguimiento de los embalses de Baíña y Zamáns, que surten a gran parte de los tres municipios miñoranos, donde existen decenas de traídas vecinales que se encuentran también al límite.

Tras caer un 20% las reservas de ambas presas en apenas un mes y situarse a niveles de septiembre del año pasado a la espera del gasto extra de agua del verano al multiplicarse la población, el departamento autonómico decidió ayer poner la lupa sobre el Val Miñor, además de extender la prealerta por escasez de agua a la cuenca del río Anllóns y mantener la del Lérez.

Concretamente, el organismo propone medidas como la limitación de riegos, lavado de coches o llenado de piscinas. Los ayuntamientos miñoranos han dejado de baldear calles y restringido el riego, además de cerrar las duchas de las playas en el caso de Nigrán y Baiona. Las prohibiciones a nivel doméstico de regar y llenar piscinas solo las ha implantado Gondomar.