Las excavaciones arqueológicas volvieron al Castro do Pico da Bandeira, en O Rosal, un siglo después. El Concello promovió, en colaboración con la comunidad de montes, una campaña arqueológica en este castro de grandes dimensiones situado en el límite con el municipio de A Guarda que abarca aproximadamente seis hectáreas de terreno. “Con estas actuaciones queremos ayudar a poner en valor este importante enclave histórico que goza de unas grandes vistas sobre el valle del río Miño y ahondar en el conocimiento histórico del entorno”, explica la alcaldesa, Ánxela Fernández.

Excavado a inicios del siglo XX por la sociedad Pro-Monte de Santa Tecla, en él aparecieron diversos fragmentos de cerámicas, trisqueles y otros objetos de valor de los que en estos momentos no se conoce su paradero o que están mezclados con los restos de otros lugares. Por esto, tras la limpieza de la zona promovida por la comunidad de montes de Salcidos en colaboración con la de O Rosal hace dos años y que permitió documentar los restos de una vivienda en superficie, ahora el Concello rosaleiro promovió una pequeña excavación de doce metros cuadrados en el entrono de la muralla “para conocer su estado de conservación y potencial, así como para descubrir más datos sobre la época de este castro y sobre sus gentes”.

Además de esta actuación, también se pondrá en valor un petroglifo situado a escasos metros del castro, que podría ser de la misma fecha.