Si el Concello de A Cañiza fuera una empresa, cuando en 2019 el alcalde, Luis Piña, cogió el bastón de mando y se hizo cargo de su administración, la hipotética mercantil estaría “peor que en concurso de acreedores”. Así lo resumió ayer el regidor socialista, que ofreció una rueda de prensa para explicar la situación económica actual del Ayuntamiento, después de tres años a su mando y con la comparativa de la cuenta general del 2019 y la del 2021 sobre la mesa. De la misma, se extrae que la deuda que el Concello mantenía con los proveedores ha caído más de un 35%. En 2019, cuando Piña tomó posesión como alcalde, A Cañiza tenía facturas pendientes de pago por valor de 4,3 millones; una cifra que ha descendido hasta los 2,7 millones; logrando pagar en los tres últimos años 1,8 millones de euros que se adeudaban a proveedores.
El alcalde califica de “absoluta ruina” las cuentas municipales que heredó de su antecesor, el popular Miguel Domínguez, en 2019. “No era que el banco se estuviera hundiendo, sino que estaba en el fondo del mar”, insiste Piña, dando otro dato: el Concello de A Cañiza tenía en la cuenta en aquel momento únicamente 210.000 euros. “Mi preocupación entonces era si habría dinero suficiente para pagar las nóminas de los empleados municipales”, recuerda el regidor, informando que, a día de hoy, esa cantidad se ha duplicado, habiendo 485.000 euros de fondos líquidos.
“Fue extremadamente duro”, destaca el alcalde, relatando episodios de “acoso entendible” por parte de los proveedores que querían cobrar y también “acoso judicial”. “A veces incluso con dramas personales. Los integrantes de una orquesta vinieron a hablar conmigo y se echaron a llorar pidiendo por favor que les pagáramos, pero no teníamos dinero en el Concello para poder hacerlo”, recuerda Piña.
¿Cómo se consigue rebajar la deuda a proveedores un 35% en tres años de mandato? El regidor de A Cañiza asegura que gracias a “un gran esfuerzo de gestión”.
Auditoría
El Concello contrató una auditoría para buscar soluciones, y esta recomendaba recortar personal, tocar la fiscalidad y cerrar todos los servicios que no fueran competencia obligatoria del Concello. “Cosa que no hicimos”, aclara Luis Piña, que apostó por “regularizar los contratos, reajustar costes y achicar el gasto”.
En este sentido, pone como ejemplo la reciente adjudicación del servicio de telefonía del Ayuntamiento, cuya comparativa con el anterior les supone a las arcas municipales un ahorro de 8.700 euros anuales. Asimismo, también menciona la concesión del camping, “que fue un éxito rotundo con gasto cero para el Concello”.
Sobre la plantilla municipal, el alcalde reconoce que es necesario hacer ajustes de personal, pero que estos se harán a medida que los trabajadores se vayan jubilando”.
Aun con el pago de 1,8 millones de euros en facturas pendientes en estos tres años, el Concello de A Cañiza adeuda todavía otros 2,7 millones. Para ello, ya se ha acogido a un nuevo plan de proveedores. “Queda camino por andar, pero vamos en la dirección correcta”, asegura el regidor cañicense.
