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Arqueología de altura: excavan el yacimiento más elevado de Pontevedra

Los restos, dañados por un parque eólico, podrían corresponder a una fortificación de época romana

Inicio de los trabajos de prospección, ayer en Castelo do Faro, en Covelo. | // D.P.

Arqueólogos del colectivo Roman Army iniciaron ayer una campaña de prospección arqueológica en la zona de Castelo do Faro, en Covelo, en plena Sierra de Avión, con el fin de datar y conocer un poco más el campamento romano militar que allí se encuentra, a 1.148 metros de altura; la fortificación de mayor altitud de la provincia de Pontevedra, descubierta y comunicada a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta por este mismo colectivo en 2020.

Los trabajos de prospección arqueológica se extenderán hasta el próximo viernes, 17 de junio, por lo que, durante una semana, los investigadores combinarán diferentes metodologías, desde la geofísica hasta sondeos arqueológicos, para intentar desentrañar la cronología y funcionalidad de este recinto amurallado.

Su director científico es el profesor de la Universidad de Salamanca y arqueólogo José Manuel Costa García, quien indica que “la investigación podrá darnos datos que nos indiquen que el yacimiento es de otra cronología diferente a la que nosotros investigamos preferentemente, y eso es muy relevante, porque servirá para avanzar en el conocimiento general sobre estos recintos”. En este sentido, cabe destacar que las principales hipótesis apuntan a que se trata de un asentamiento militar romano de época tardorrepublicana o altoimperial.

Mal estado

Puesto a que no fue descubierta hasta hace un par de años, a pesar de que la toponimia (Castelo do Faro) ya podía intuir la existencia de una fortificación, el paso del tiempo y la falta de herramientas de protección han hecho estragos en su conservación. La estructura se encuentra considerablemente afectada por un parque eólico, que destruyó partes significativas del interior del recinto, y la pista de acceso también afectó a partes de la muralla perimetral del recinto. Esta tiene una planta de tendencia ovalada, construida con piedra granítica local que ocupa alrededor de las cinco hectáreas.

La muralla se adapta a la topografía local, ciñendo un amplio perímetro interior que no parece corresponderse con el parcelario agrario de la zona. Un aspecto particular de la muralla es la existencia de unas singulares estructuras cuadrangulares adosadas al muro, de función desconocida y sin paralelos conocidos en otros recintos fortificados.

Gracias a los avances tecnológicos y a las nuevas líneas de conocimiento de la arqueología europea, en los últimos años se han localizado a lo largo de Galicia numerosos recintos fortificados en altura hasta el momento desconocidos o poco investigados. La cronología y adscripción cultural de la mayor parte de ellos es una incógnita, constituyendo uno de los principales desafíos científicos en la identificación de sitios arqueológicos en Galicia.

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