La Plataforma pola Defensa dos Ríos Verdugo e Oitavén Encoro Non ha realizado un inventario de la biodiversidad en la zona de Fonzáns en el lugar donde la Confederación Hidrográfica Miño-Sil propone construir un nuevo embalse y se han localizado varias especies de la flora y fauna en situación de especial vulnerabilidad ecológica, como la salamandra rabilarga (Chioglossa Lusitanica), rana ibérica (rana patilarga), murciélago pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros), helecho de heno (Dryopteris Aemula), helecho penco dentado (Dryopteris guanchica), especie cuya presencia obligó a modificar en su día el trazado de la rotonda de Caritel, en Ponte Caldelas.
Los trabajos de prospección fueron realizados por un grupo de voluntarios bajo la coordinación del colectivo ecologista A Rente do Chan, distribuidos en tres grupos (flora, anfibios y aves). Todos ellos fueron supervisados por el ingeniero agrónomo, micólogo y profesor del Centro de Formación e Experimentación Agroforestal de Lourizán, Jaime Bernardo Blanco Dios, y los expertos naturistas Sara Elena González Crespo y Miguel Puras (herpetólogo).
Según explican, los voluntarios localizaron ejemplares de especial interés desde el punto de vista medioambiental que certifican con su presencia la pureza y excelencia de las aguas del río Oitavén y de su entorno natural que la Plataforma califica de “auténtico paraíso natural”.
Los datos recogidos en esta primeras prospección fueron recopilados por A Rente do Chan y sistematizados a través de los sistemas convencionales de compilación con la intención de respaldar los estudios posteriores que sobre la flora y la fauna prepararán expertos en la materia para refutar cualquier intento de construir un embalse y trasvase de agua del caudal de los ríos Verdugo y Oitavén.
Más iniciativas
Desde la Plataforma aseguran que seguirán realizando este tipo de iniciativas para poner en valor ambos cauces fluviales y defender con datos científicos que se trata de una zona de gran riqueza natural, contradiciendo la definición de “páramo de escaso valor medioambiental” con la que lo describía el estudio realizado para la Confederación Hidrográfica Miño-Sil para justificar una nueva presa.
