El puente peatonal que unirá Tomiño y Vila Nova de Cerveira ha sido reconocido como un proyecto “destacado e influyente” en materia de accesibilidad universal en un congreso organizado por la Fundación Once en Madrid. El responsable del proyecto, Ginés Garrido, participó explicando la solución constructiva para salvar el río Miño en un encuentro profesión en el que se reunieron reputados estudios de arquitectura de toda España para abordar el diseño de espacios accesibles a través de tres ejes vertebradores: la sostenibilidad, la salud y la tecnología.

El nuevo puente Goián-Cerveira está caracterizado por su accesibilidad y preserva las vistas cruzadas de las fortalezas situadas a uno y otro lado del río. Se trata de un puente colgante de directriz recta y 330 metros de longitud y 9,20 metros de gálibo con una estructura horizontal compuesta por una plataforma de cuatro metros de largo y un pavimento de madera y hormigón, completada con una barandilla de malla metálica con pasamanos de acero. La estructura vertical está compuesta por dos apoyos de acero en la ribera, que enlazan al sur de Espazo Fortaleza, también en la zona del auditorio, y al sur del Parque do Castelinho.

Ginés Garrido habló de la concepción del viaducto como un lugar de fácil acceso y circulación, con una gran calidad constructiva y amabilidad para todas las personas usuarias. Salientó que las pendientes de entrada y salida fueron concebidas para permitir el tránsito de movilidad a pie, en bicicleta o en silla de ruedas, sin ningún tipo de barrera y superando los estándares requeridos en la normativa vigente.