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Voces desconocidas que reconfortan

Jóvenes y mayores se telefonean para compartir experiencias en Mos

Verónica, alumna, y Celia durante una de sus llamadas. | // D. P.

De perfectos desconocidos a cómplices y cercanos. Así se sienten los diez estudiantes de segundo curso del ciclo formativo de Atención a Personas en Situación de Dependencia del Colegio Lar y un grupo de usuarios del centro de tercera edad Doral Residencias, una vez finalizado el proyecto educativo TeCuida.

Jornada de encuentro de jóvenes y mayores. | // D. P.

Con el objetivo de llevar los conocimientos adquiridos en el módulo de Teleasistencia a la comunidad, a la vez que se realizaba una contribución a la sociedad, el alumnado inició el contacto con los mayores a través de llamadas de teléfono periódicas. Dos veces por semana, cada uno al otro lado de la línea, hablaban de sus historias de vida, qué hacían en su día a día, sus gustos e intereses, su trayectoria laboral, la familia, los viajes... las conversaciones evolucionaban en función de cada una de las personas mayores y lo que le apetecía compartir y preguntar en cada momento.

El proyecto se llevó a cabo durante los meses de enero, febrero y marzo desde el Colegio Lar, contando con la colaboración de Doral Residencias. Durante este tiempo, el alumnado, la profesora del módulo, las personas mayores y las terapeutas ocupacionales formaron un equipo en el que las llamadas telefónicas entre ambos centros, situados en Mos, se convirtieron en algo esperado con muchas ganas cada semana.

Agradecimiento mutuo

Desde el colegio señalan que se consiguió “un aprendizaje vivencial y significativo para el alumnado y una experiencia enriquecedora y emocionante para las personas mayores. Estas últimas nos han transmitido su alegría, emoción y satisfacción por todo lo vivido este tiempo y por haber contado con ellas”.

De igual modo, todo el alumnado coincide en que ha sido una experiencia muy provechosa.

“Creo que nos ayudó tanto a nosotras como a ellos. A nosotras a coger experiencia en la relación con otras personas y a ellos para no sentirse solos”, señala Natalia. Su compañera María remarcó “lo bonito que es poder hablar con alguien y que sienta que estás ahí escuchándola. Y después, al conocerla en persona, compartir experiencias y crear un vínculo entre las dos”. Por su parte, María destacó “lo agradecidos que son por todo: llamarlos, ir a verlos… Me sentí satisfecha al ver que hicieron algo diferente y divertido con nosotros”. En la misma línea se expresaba Alberto, el único chico de la clase, le pareció “muy bonito y reconfortante porque sentí cómo te agradecían lo que hicimos y se les veía muy felices”.

Como colofón al proyecto, tras los meses de llamadas telefónicas, pudieron conocerse en persona en una visita al centro residencial. Encuentro que se convirtió en una jornada llena de alegría y emoción para to

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