Cientos de personas se acercaron ayer a Gondomar para no faltar a la tradición con el “máis milagreiro”. La tradicional romería de San Benito, conocida como “la de invierno” pese a dar la bienvenida a la primavera con una apacible jornada que acompañó a los devotos en sus ruegos al abogado de las enfermedades cutáneas y, para muchos, de la salud en general.
No faltaron las ofrendas de huevos, de los exvotos adquiridos en las inmediaciones de la parroquia y el acopio masivo de aceite bendito. Ni tampoco la esperada procesión. Tras dos años sin salir del templo para cumplir con las restricciones de la pandemia, la venerada imagen volvió a dar la vuelta alrededor de la iglesia gondomareña acompañada por un nutrido grupo de sus más fieles seguidores.