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Pioneras de la industria de Mos

Mos recuerda a las mujeres que en los años 60 se hicieron hueco en el mercado laboral en las primeras fábricas del cuarto concello más industrializado de la provincia

Las homenajeadas, con la alcaldesa y concejalas, durante el homenaje. EURORREXION

Mos está considerado el cuatro concello industrial de la provincia de Pontevedra y eso es gracias, en parte, a Pitusa, Marcelina, María Claudel, Antonia, Sara, Albina, María Ferreira, Severina y María Fernández; mujeres que en los años 60 salieron de sus casas para trabajar en alguna de las tres empresas asentadas en el municipio durante el Franquismo: el Taller de José Regojo, Plásticos Dayfer y Conservas Alfonso Riveiro. “Era otro mundo; trabajábamos 10 horas al día y ganábamos 7 pesetas a la semana”, recuerda María Fernández, una de las pioneras de la industria mosense, homenajeadas por el Concello con motivo del Día de la Mujer.

“Plantaron la semilla que dio el fruto para que hoy Mos sea el cuarto municipio industrial de la provincia de Pontevedra”, se enorgullece la alcaldesa, Nidia Arévalo. Fueron muchas, pero en representación de todas, el Concello ha rendido tributo a Pitusa Díaz, Marcelina Díaz y María Fernández, extrabajadoras del taller de José Regojo que abrieron las hermanas “Castellanas” en 1955, la primera empresa de Mos; Antonia Romero, Sara Cabaleiro, Albina Tourón y María Claudel, de Plásticos Dayfer, empresa mosense que abrió en 1966; y Severina Romero y María Ferreira, exempleadas de Conservas Alfonso Riveiro González, que se instaló en el municipio en 1967.

Taller de costura de Regojo en Mos. Javier Baquero

Todas se abrieron hueco en un mundo de hombres, en unas condiciones que nada tienen que ver con las de la época actual. Solo hay que escuchar a María Fernández para darse cuenta. A sus 81 años recuerda cómo, con 15 años, empezó a trabajar en un taller que confeccionaba camisas para la fábrica de José Regojo, emplazada en Redondela. “Todo lo que ganábamos era para ayudar en casa; nos metían al final de la semana 7 pesetas en un sobre castaño y al llegar a casa se lo entregaba a mis padres”, cuenta María Fernández, que todavía se acuerda del frío que pasaba en el taller mosense mientras cosía cuellos de camisa.

“A mis hijas siempre les dije: trabajar para ser independientes, libres y sentir que vales tanto como ellos”, señala María Fernández

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De Mos, María dio el salto a la fábrica de Regojo en Redondela, y ahí las condiciones laborales mejoraron. Tras 25 años cotizados, esta mosense asegura que cuando le llegó la edad de jubilación “me sentí muy feliz con mi pensión”, algo que no pueden decir la mayoría de mujeres de su edad, relegadas únicamente a los trabajos domésticos. Un trabajo que María compaginó con la crianza da dos hijas y jornadas laborales de 10 horas en la fábrica textil. “A mis hijas siempre les dije: trabajar para ser independientes, libres y sentir que vales tanto como ellos”, destaca María Fernández, reivindicando que “la mujer debería cobrar lo mismo que el hombre” y lamentando que “el trabajo de casa no te lo valoran”.

“Ellas fueron pioneras por lograr hacerse un lugar en la industria. Y también por comenzar a cambiar las condiciones laborales femeninas abriéndonos paso y dándonos facilidades a las generaciones de mujeres que llegaríamos posteriormente al mercado laboral”, destacó la alcaldesa en el homenaje celebrado estas mujeres en el Pazo de Mos.

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