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Adiós al café centenario de Redondela

El histórico Royalty cierra sus puertas tras más de un siglo como punto de encuentro y tertulia | Fue inaugurado en 1905 por Justo Tojeiro, que le dio una estética británica

El propietario del negocio, Lino López, ayer, ante la fachada del local con el cartel del Royalty. | // A.P.

Quince días después del cierre del bar Central, la villa de los viaductos pierde otro de sus clásicos de la hostelería. La cafetería Royalty, la más antigua de Redondela, cerró sus puertas el pasado fin de semana dejando atrás más de un siglo de historia.

El propietario del negocio en sus últimos veinte años, Lino López Cabaleiro, muestra su pesar por tener que bajar la persiana de un establecimiento que deja tantos recuerdos y por el que pasaron tantas generaciones de redondelanos a lo largo del tiempo. “Lo dejo con una gran tristeza y dolor, puesto que mi intención siempre fue seguir con esta cafetería que ya forma parte de la historia de la localidad, pero por mucho que lo intenté no ha sido posible tras el fin del contrato de arrendamiento y por la negativa de la propietaria a ampliarlo, ya que su familia no quiere un bar en este bajo. Es una pena, pero no me quedó otra opción que dejarlo”, señalaba ayer mientras recogía todavía parte de la mercancía y el mobiliario del local.

La cafetería Royalty en sus últimos años. / L.L.C.

El Royalty nació en 1905, impulsado por el empresario local Justo Tojeiro, y desde el primer momento se convirtió en uno de los puntos de encuentro y de tertulia de la sociedad de la época. Se trataba de un establecimiento moderno y distinguido para el momento, puesto que Tojeiro le dio una estética de café inglés aprovechando que mantenía muchos negocios en las islas británicas y cobraba royalties. Incluso las baldosas y parte del mobiliario los trajo desde Inglaterra, y también la estética de los camareros de la época era al estilo british. “Cuando lo cogí para continuar con el negocio de hostelería en el año 2000 tuve que hacer una reforma importante, porque antes había sido durante un tiempo una tienda de muebles de cocina y baños. Así que al retirar la madera del suelo nos llevamos la sorpresa de que aún se conservaban los antiguos azulejos ingleses, que decidimos conservar como parte de su historia”, comenta orgulloso Lino.

Estado que presenta el local en la actualidad, con el mobiliario desmontado tras el cierre. / L.L.C.

Unos años después, en 2007, tandría que cerrar el establecimiento durante dos años para permitir la reforma del edificio en el que se ubica el café, unas obras que le obligaron a reducir la superficie del local casi a la mitad para instalar un ascensor. “En ese momento, su propietario me dijo que, como compensación por los perjuicios causados, me mantendría el alquiler hasta que me jubilase. Pero por desgracia todo quedó de palabra. Así que ahora, la realidad es que el contrato finaliza y nos vemos obligados a dejar el local donde desarrollamos nuestra actividad y que es nuestro sustento, así como el de cinco familias más que forman parte de la plantilla”, lamenta Lino.

La terraza del Royalty, un clásico durante las jornadas de buen tiempo. / L.L.C.

Pese a este revés, y animado por las muestras de apoyo de muchos clientes, ya se ha puesto manos a la obra para abrir en el menor tiempo posible lo que será O Novo Royalty. “Aún estoy buscando ubicación, pero trataré de hacer una réplica lo más exacta posible adaptando el antiguo mobiliario y demás elementos del local”, adelanta.

Así que el Royalty todavía no ha puesto el punto final a su historia. Promete continuación, aunque ya no será en su tradicional ubicación de la calle Alfonso XII.

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