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La Arribada incorporará seguridad privada para garantizar las medidas anti-COVID

El casco vello se reserva a los negocios locales y los puestos de artesanía se desplazan al Parque da Palma

Un espectáculo de cetrería, que este año no está previsto, en la playa de A Ribeira. | // JOSE LORES

Una cita multitudinaria que ha llegado a congregar a más de 100.000 personas en algunas de sus jornadas es arriesgada desde el punto de vista sanitario, pero el Concello de Baiona “no va a escatimar para organizar una Arribada segura”, aseguró ayer el alcalde, Carlos Gómez Prado. De ahí que el operativo especial de seguridad incluye la contratación de seguridad privada para mantener a raya las aglomeraciones, controlar los aforos y las distancias. Para garantizar las medidas de prevención contra el COVID, en definitiva, en la vigésimo sexta edición, que finalmente se organizará los días 4, 5 y 6 de marzo, “si las medidas de la Xunta lo permiten”.

Los vigilantes jurados colaborarán en el control de aforos y distancias para evitar aglomeraciones

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La Policía Local ya está trabajando en el dispositivo y técnicos municipales han iniciado ya los contactos con distintas empresas de vigilancia privada. El plan de seguridad se definirá con detalle en la primera semana de febrero, aguarda el alcalde, cuando se celebra la tradicional reunión con representantes de la Guardia Civil y la Subdelegación del Gobierno, a la que el cuerpo municipal llevará su propuesta, con el refuerzo de guardas jurados incluidos. “La idea es que estén repartidos por las calles y plazas y mantengan un control. En caso de que haya algún problema o aglomeración, avisarán a los agentes de Policía o de la Guardia Civil”, explica Gómez Prado.

"No vamos a escatimar para organizar una Arribada segura", subraya el alcalde

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Hasta un centenar de efectivos de Guardia Civil y policías locales –tanto la baionesa como las de otros municipios colaboradores–, además de bomberos, sanitarios y voluntarios de Protección Civil integran tradicionalmente el plan de seguridad de la fiesta de interés turístico internacional. En esta ocasión se les sumará un equipo de vigilantes de seguridad todavía por definir. “Veremos cuántos nos hacen falta en función de la disponibilidad que tengan otras policías para enviar gente y del plan”, indicó ayer el alcalde.

Los controles se intensificarán por la noche. El regidor asegura que el horario de cierre será estricto: a medianoche el mercado medieval y a las 1.30 horas los bares. Para los probables botellones a continuación “habrá que coordinarse y organizarse entre todos los cuerpos de seguridad y administraciones implicadas”, recalca

Una fiesta sin animales y con comedores repartidos por las plazas

No solo el plan de seguridad será especial a consecuencia del repunte de la sexta ola de la pandemia, que ayer mismo dejaba en Baiona datos poco alentadores: 7 nuevos casos diagnosticados y un total de 414 positivos, 216 detectados en los últimos 7 días. Excepcionales serán también el programa y la distribución de las actividades. La Concejalía de Cultura trabaja ya en los preparativos y ayer mismo se abrió el plazo de solicitud para participar en el Real Mercado Medieval con alguno de los 70 puestos que el Ayuntamiento pone a disposición de entidades y vecinos. Los cambios previstos para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria se centran en la redistribución de espacios. Todo se desarrollará al aire libre, por lo que quedan canceladas las exposiciones y talleres en interiores. Para liberar el casco vello de la habitual muchedumbre, los puestos de artesanía se reubicarán en el Parque da Palma y la actividad en las callejuelas empedradas se restringirá a la de sus propios negocios. La idea es que el tránsito de viandantes sea más fluido, por lo que se retomará el sentido único en las calles y “se buscarán vías más amplias y cómodas para exponer los productos de venta”. Otra de las novedades de este año será la prohibición de consumir en la barra de los puestos de comida, donde solo se podrá recoger alimentos y bebidas. Para degustarlos, habrá unas “bolsas de mesas”, una especie de terrazas o comedores al aire libre, que se situarán en Santa Liberata, la alameda de Carabela Pinta, la plaza Pedro de Castro, la playa Pai Feijóo o los jardines de la Casa da Navegación. No solo el COVID modificará la programación. También lo hará la alerta por gripe aviar. Es el motivo, según explicó ayer el alcalde, por el que el gobierno ha decidido retirar de la programación los espectáculos con animales, tanto la exposición de aves rapaces o animales de granja y exóticos que se colocaba en A Palma, como los números de cetrería que se desarrollaban en la playa de A Ribeira.

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