El centro cultural de Baíña se queda vacío
Un conflicto interno deja fuera a la asociación que organiza las actividades desde hace 17 años y al grupo folclórico Ardelume | Los cursos se reducen y se reparten por otros locales

Integrantes del grupo folclórico Ardelume ensayan en el colegio de Fontes desde que no pueden acceder al centro cultural. | / Neli Pillado
El centro cultural de Baíña sigue sin actividad pese a desaparecer hace meses las restricciones de la pandemia. Un conflicto interno ha dejado al espacio vecinal sin contenido. La asociación que lleva 17 años dinamizando el local con cursos y actividades de ocio denuncia que la comunidad de montes, propietaria del inmueble, le impide el acceso, circunstancia que deja también fuera al grupo folclórico Ardelume. La situación ha obligado al colectivo a trasladar las clases a otros locales, tanto en la parroquia como en el centro de Baiona, y ha dejado a medio centenar de mayores de la zona sin sus sesiones de gimnasia, al no poder desplazarse.
Cincuenta vecinos de la tercera edad se quedan sin clases de gimnasia al no poder desplazarse
El conflicto rodea desde hace un lustro el edificio construido por la comunidad de montes e inaugurado en 2004. El enfrentamiento de la junta rectora con una ganadera derivó en una denuncia urbanística que acabó en orden de cierre municipal por falta de licencia en 2017. Hasta que logró la autorización, el centro se mantuvo paralizado durante algo más de un año.
Ahora el motivo del bloqueo cultural es otro. La presidenta de la asociación Centro Cultural e Social de Baíña, Pilar Rodríguez, asegura que “cuando volvimos al edificio para retomar los cursos postpandemia, en septiembre, nos encontramos con que la comunidad de montes había cambiado la cerradura”. Así que el colectivo pidió una reunión urgente a la junta rectora sin éxito. Solicitó por escrito que los dirigentes de la sociedad mancomunada diesen explicaciones en la asamblea convocada el pasado día 6, pero finalmente no lo hicieron.
La postura de la entidad de montes “va contra los estatutos del centro”, asegura Pilar Rodríguez. La asociación cultural se creó al mismo tiempo que abrió el centro para dinamizar su actividad y el reglamento interno la autoriza a utilizar sus instalaciones, indica la presidenta.
La asociación cultural impugnará la asamblea de los comuneros por no dar explicaciones y no concretar la fecha de las elecciones
La asociación mantiene las clases en distintos locales. Reparte las actividades de guitarra, pilates, cómic y alfabetización de mayores entre la antigua escuela infantil de O Burgo, el local parroquial ubicado junto a la iglesia y el multiusos Ángel Bedriñana que le cede el Concello. El grupo Ardelume de integración –que reúne a 25 personas, 15 de ellas con diversidad funcional– se ha mudado al colegio de Fontes. Los eventos también se han desplazado. El reciente festival musical “Baíña sen idade” se desarrolló en la península de Santa Marta.
La reciente asamblea de comuneros había sido convocada, entre otros asuntos, para convocar oficialmente las elecciones de la comunidad de montes, pero desde la asociación cultural aseguran que no se ha hecho pública ninguna fecha “para evitar que se presenten candidaturas que puedan derrocar a la actual directiva”.
Por todo ello, la asociación cultural ha decidido impugnar la asamblea de comuneros y no descarta acudir a los tribunales para defender sus derechos sobre el edificio comunal.
El presidente de la comunidad de montes, Juan Domínguez, rechazó ayer ofrecer cualquier explicación sobre la situación al considerar que “son temas internos de los comuneros que no tenemos por qué hacer públicos”.

El centro cultural de Baíña. | // MARTA G. BREA / Neli Pillado
La comunidad de montes consiguió la licencia para el centro cultural en 2018 y, tras realizar unas reformas, logró poner al expediente urbanístico que el Ayuntamiento de Baiona le había abierto. Tres años después, otra denuncia ha llevado al Concello a abrir otros dos expedientes. Las obras no se ajustaban al proyecto en dos puntos: la altura del muro de contención de la trasera del inmueble y la superficie ajardinada, que debe ganar terreno al aparcamiento. Así lo confirma el concejal de Urbanismo, Víctor Muñoz. El presidente de los comuneros tampoco se pronuncia acerca de esta cuestión.
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