El Concello de Redondela iniciará en los próximos días las obras de remodelación de la calle Picota, en el casco antiguo, desde el viaducto ferroviario hasta la plaza de la capilla de Santa Mariña, incluyendo en su trazado la plaza de la Fonte do Mouro y el entorna del templo. La actuación contará con un presupuesto total de 993.834 euros, de los que la Diputación aportará 461.859 euros a través del plan ReacPon.
El trazado forma parte del Camino de Santiago Portugués, siendo actualmente el único tramo a su paso por la villa que no se encuentra empedrado. La intervención, tal y como figura en el proyecto, trata de regularizar el trazado de la calle dotándolo de una nueva identidad y homogeneizando su firme con los nuevos empedrados existentes en las plazas. Con esta actuación se busca devolver el protagonismo a los peatones frente a los vehículos haciendo de las calles y plazas lugares más amables y puntos de convivencia ciudadana.
Según explica la alcaldesa, Digna Rivas, el proyecto actuará en tres frentes. Por un lado, la calle Picota, en la que se buscará que su diseño se integre en el tejido urbano, de forma que el empedrado que se utilice se mimetice con el ya existente en su entorno para conseguir un vial de plataforma única.
Otra de las intervenciones será en la Praza Fonte do Mouro, en la que continuará el empedrado relegándose la plaza al lateral este conectada a través de rampas y escaleras accesibles. Además, la existencia de muros escalonados permite crear espacios en los que las actividades serán determinadas por los usuarios.
Por último, el entorno de la capilla de Santa Mariña, que se humanizará con los mismos materiales que en el resto de las actuaciones. Así, se creará una plaza empedrada franqueada por dos grandes bancos que acotan el espacio y crean una especie de adro con la propia capilla que, actualmente, está sujeta a un intenso tráfico de la N-550 de la que solo está separada por una jardinera.
“Se trata de seguir mejorando las calles para convertirlas en espacios humanizados, de convivencia vecinal y en la que las personas tengan prioridad sobre los vehículos, como ocurre hoy en día en casi todas las villas y grandes ciudades”, indica Rivas.
Respecto a la pérdida de plazas de aparcamiento para los residentes de la zona, la alcaldesa adelanta que estudian “diversas alternativas”, de forma que quede minimizada la supresión de plazas en los lugares de la actuación urbanística. “No se trata de eliminar plazas, sino de compatibilizar su situación con una humanización del entorno que contribuirá a mejorar la calidad de vida de los vecinos”, concluye.
