La Sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra ha dejado visto para sentencia el juicio contra Antonio G.F., un vecino de Porriño acusado de intentar matar a su esposa mientras dormía en compañía de su nieto. La Fiscalía mantiene su petición de siete años y medio de cárcel para el procesado. En concreto, el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, ha mantenido su petición de siete años y medio de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, al apreciar que fue un ataque “alevoso, súbito y repentino” que no se consumó por la “resistencia” de la víctima.

El representante del Ministerio Público reconoce una eximente incompleta por el alcoholismo crónico del acusado, aunque no se ha acreditado que hubiese bebido el día en el que tuvo lugar esta agresión. Además de la prisión, el fiscal solicita ocho años de libertad vigilada, una orden de alejamiento de su esposa durante diez años y que la indemnice con unos 35.000 euros, a los que suma los casi 3.700 euros a pagar por los gastos médicos durante el proceso de curación de la víctima.

Por su parte, el abogado de la defensa ha solicitado la libre absolución de su defendido, que está en prisión provisional desde el día de los hechos, al entender que su condición de alcohólico debería ser entendida como una eximente completa.

"Me las vas a pagar"

La mujer relató ante el tribunal que Antonio G.F. quiso matarla en la madrugada del 29 de enero de 2020 cuando ella estaba durmiendo. “De repente sentí el peso de él encima”, ha declarado. El acusado le había puesto un cuchillo en el cuello y le dijo: “Me las vas pagar”. Ambos forcejearon y ella agarró el arma con sus manos. “Me quería pinchar por todas partes”, ha respondido durante la vista oral. Tras despertar a su nieto, que dormía en una cuna al lado de la cama, la víctima logró sacarle el cuchillo hasta en dos ocasiones, tirándolo debajo de la cama.

Trató de huir pero su exmarido la frenó. “Y me intentó ahorcar”, añadió, hasta que logró morderle una oreja, escapar y pedir ayuda. “Fue supervivencia pura y dura. Se me iba la vida entre las manos”, ha asegurado la mujer. La víctima ha descrito a este hombre como “celoso y muy controlador” y ha indicado que llegó a amenazarla con que algún día “iba a hacer una locura” porque “si no era para él no era para nadie”.

El acusado solo respondió a las preguntas de su abogado limitándose a decir que no recuerda nada y explicar que tiene un “problema grave” de alcoholismo. “Nunca quise matarla. No tenía motivos”, dijo.