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Los macrobotellones y el vandalismo se ceban con Tomiño durante el puente

Decoración destrozada de un comercio del centro.

La desescalada está trayendo consigo imágenes más que preocupantes de aglomeraciones ilegales en la calle, y la comarca del Baixo Miño no se está librando de ellas. Y Tomiño, un municipio en el que no suele haber botellones, ha protagonizado uno de los más grandes de los últimos tiempos en la zona. “Se nota que había ganas de salir después de la pandemia, pero esto no puede ser. Tomiño siempre ha sido un sitio tranquilo y no queremos que deje de serlo”, comenta un vecino de la zona que fue testigo de lo ocurrido. Y es que fue la propia Praza do Seixo, el corazón del centro urbano de Tomiño, donde tuvo lugar la noche del pasado lunes un macrobotellón que según personas que lo presenciaron y que informaron posteriormente a la Policía congregó a unas quinientas personas. Se juntaron varias cosas. En primer lugar, esas ganas de la gente de salir al ser festivo el día siguiente.

Pintada vandálica en una ventana en Goián. Carlos Ponce

Pero es que además hay que recordar que en Tomiño durante las noches y los fines de semana no hay servicio de Policía Local porque la plantilla del cuerpo de seguridad está muy mermada, con solo tres de siete agentes disponibles debido a traslados, bajas o jubilaciones, por lo que no había nadie vigilando ni con capacidad para disuadir o abortar el botellón. “Podemos hacer turnos extraordinarios, y ya los hacemos, pero tres policías no pueden cubrir un servicio 24 horas durante siete días a la semana”, explica José Ramón Álvarez, jefe de la Policía Local de Tomiño.

Por si todo ello no fuera suficiente, coincide que en esta zona hay dos locales de ocio nocturno abiertos. Y muchas personas, en lugar de estar en su interior, estaban en la calle bebiendo. Y cuando esos establecimientos cerraron, los que estaban dentro continuaron la fiesta en la vía pública. Y un macrobotellón como este de centenares de personas provocó lo que es habitual: ruido nocturno con las consiguientes molestias a los vecinos, numerosa basura en la calle al día siguiente, gente orinando en los portales de las casas y en los garajes, e incluso destrozos en escaparates de comercios de la zona.

Por ejemplo en el de María Teresa Domínguez, que regenta una floristería en una de las calles aledañas a la Praza do Seixo. “Se llevaron por delante toda la decoración que tenía en el exterior de la tienda, aparecieron varios objetos rotos e incluso tirados por la carretera. Se me cayó el alma al suelo cuando llegué por la mañana y vi lo que había pasado. Y esto no será algo aislado, porque nos esperamos una situación similar en la noche de Halloween”, lamenta esta comerciante.

Todo apunta precisamente a que la carencia de servicio nocturno de Policía Local provocará una situación en Halloween como la que describe María Teresa Domínguez. “Ahora que vuelve el ocio nocturno, habría que reforzar la presencia policial. Pero con solo tres agentes es imposible”, explica el jefe de del cuerpo de seguridad municipal de Tomiño.

Y desafortunadamente ese macrobotellón del lunes no fue el único acto reprochable que se produjo en el municipio durante estos días de puente. Y es que el pasado sábado, tras la competición que se celebró en la recién inaugurada pista de skate de Goián, una de las más grandes de Galicia, en la parroquia se registraron diversos actos vandálicos. Especialmente pintadas en la asociación cultural Centro Goianés, pero los vecinos también denuncian que hubo gente en patinetes haciendo ruido hasta altas horas de la madrugada y música con un volumen por encima del permitido.

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