Los rastrexos desataron una auténtica fiebre hace unos años en las comarcas de Vigo, Val Miñor y Baixo Miño. Estas gymkanas empezaron en 2012 como un entretenimiento entre vecinos organizado por asociaciones ubicadas en el ámbito rural. Suponían toda una aventura: recorridos nocturnos por el monte de entre 5 y 12 kilómetros con una serie de pruebas a realizar por equipos y a contrarreloj. La diversión y la adrenalina estaban garantizadas.

El pico de la fiebre rastreadora se alcanzó entre los veranos de 2014 y 2018. Hasta 30 citas, cuyas plazas volaban en minutos, con más de 10.000 participantes repartidos por distintos puntos de la geografía del sur de Pontevedra.

Se podría decir que murieron de éxito. La presión por hacerse con una plaza, el esfuerzo que suponía para organización realizar las pruebas y los incidentes que se produjeron en alguna de las andainas acabaron por agotar a sus promotores. Muchas dejaron de celebrarse por cansancio de los vecinos que las promovían. En 2019 las citas habían caído a menos de la mitad.

Las medidas contra el COVID-19 imposibilitaron las actividades de grandes grupos al aire libre, lo que también afectó a los rastrexos. Sin embargo, con más del 90% de la población diana vacunada en Galicia y con una situación de riesgo bajo, algunas asociaciones se han animado a retomar esta actividad.

Así, para las próximas fechas hay convocados, al menos, dos rastrexos, con formato de andainas nocturnas e incluso terroríficas: una en Salceda de Caselas y otra en Ponteareas.

La primera será el próximo 23 de octubre a partir de las 21 horas en Salceda, con punto de partida en el centro Cultural de San Xurxo. El cartel anuncia que el recorrido de 8 kilómetros albergará pruebas y será necesario llevar mascarilla, linterna y chaleco reflectante. La andaina la organiza la asociación Carnaval Sanxurxo, que cerrará las inscripciones el próximo día 21 de octubre, con un precio de 5 euros por persona.

La Asociación Deportiva Rastrexo de Areas promueve la otra, que será el próximo 31 de octubre con salida en el Parque Bouza Vella en Ganade. Los organizadores prometen una "andaina terrorífica" en la víspera de la festividad de Todos los Santos. La mala noticia es que ya no quedan plazas disponibles.