Las obras de la nueva Plaza de Bugallal, en Ponteareas, entraron esta semana en la recta final con el inicio de la colocación de dieciocho jardineras de grandes dimensiones fabricadas con granito. Estos elementos de mobiliario urbano, de importante complejidad geométrica, fueron diseñados de forma personalizada y se están ejecutando uno a uno en un laborioso proceso de fabricación industrial con acabado artesanal.

El estudio de arquitectura redactor del proyecto de la nueva Plaza de Bugallal optó por el granito, como piedra local y tradicional por antonomasia en la comarca, para unas jardineras que, en la mayoría de los casos incorporan bancos y dotan de carácter y personalidad al espacio. Su situación genera estancias con diferentes orientaciones, además de organizar los tránsitos peatonales.

Las macetas son personalizadas y tendrán función de banco

Junto a dicho mobiliario público, también se plantará arbolado. Frente a los nueve árboles con los que contaba anteriormente la plaza, cuya retirada fue criticada por algún colectivo, ahora se colocarán más de treinta árboles de diferentes especies y portes, algunos de hasta 20 metros; lo que garantiza espacios sombreados para poder hacer uso de la plaza a diferentes horas de día y en las distintas épocas del año. Además de las dos buganvillas conservadas, la plaza acogerá varios tilos, cinco variedades de liquidámbar, perales de flor, cornejos, un roble, una haya y las conocidas como árboles del amor.

La instalación de las jardineras, iniciada este miércoles con la colocación de tres de ellas, se prolongará durante las próximas semanas hasta completar las dieciocho, mientras que el arbolado se trasplantará en las fechas más apropiadas, en función de las circunstancias meteorológicas, y en todo caso entre finales de año y comienzos de 2022.

Suspensión por amianto

Dichas obras se cofinancian en un 80% por fondos europeos, a través del programa EDUSI “Ponteareas, Hábitat Saudábel”, y en un 20% por el Concello de Ponteareas. Los trabajos estuvieron varios meses suspendidos a consecuencia de la aparición de tubos de amianto en el subsuelo y se reiniciaron el pasado mes de marzo. En estos seis meses se ejecutaron demoliciones, canalizaciones subterráneas, se instaló la iluminación y la práctica totalidad del pavimento, excepto en la zona en la que se realizarán estas semanas los trabajos de descarga de jardineras con vehículos pesados.

Consciente de los trastornos que estas obras significan para el comercio y los vecinos, la alcaldesa, Cristina Fernández, agradece la comprensión de todos ellos y destaca que “el esfuerzo vale la pena porque la transformación de la plaza de Bugallal significará un antes y un después para nuestra villa”.