La accesibilidad de la casa consistorial de Baiona depende de un ascensor que estaba previsto en este mandato, pero que finalmente tendrá que esperar al menos hasta 2022, según confirma el alcalde, Carlos Gómez Prado.

El asunto ha desatado las críticas del PP, que lamenta que el gobierno municipal haya desviado la partida de 49.342 euros que quedó pendiente para ese fin en el anterior mandato y “prive a los vecinos con movilidad reducida del derecho a realizar sus gestiones en la primera planta de manera autónoma”.

El proyecto no salió adelante, explica el regidor, porque planteaba un elevador desmontable que solo daba acceso a la primera planta y no al bajo cubierta del inmueble, de manera que “la Dirección Xeral de Patrimonio no lo autorizó”. Así que, para evitar la pérdida de la subvención de la Diputación, el gobierno local optó por destinar la cantidad a obras de accesibilidad en viales de parroquias.

El ascensor deberá cubrir todas las alturas del edificio y quedará para la reforma integral que se llevará a cabo con la ampliación hacia la anexa Casa Teresina, prevista a partir de 2022 con fondos europeos.

En cualquier caso, los populares lamentan las limitaciones para utilizar el sistema existente para salvar las escaleras, una grúa “oruga” que únicamente maneja un funcionario. El trabajador no se encontraba operativo en el último pleno y el concejal popular Policarpo Vilar necesitó la ayuda de varias personas que lo elevaron en peso, “con el riesgo que eso supone”.