El gobierno local de Soutomaior dejó un millón y medio de euros sin ejecutar del presupuesto municipal de 2020, según se desprende de la liquidación aprobada en el último pleno con la cuenta general. Así lo denunció la oposición del BNG al PP de Agustín Reguera, a través del concejal y parlamentario nacionalista Manu Lourenzo.

El grupo municipal que lidera Lourenzo llamó la atención al PP por dejar sin destino ese millón y medio de euros a pesar de que “durante la pandemia surgieron importantes necesidades para nuestros vecinos”. Desde el Bloque, el edil Diego Moreira recordó que “había un acuerdo sobre nuestra propuesta de ayudar con ordenadores al alumnado”, pero el gobierno local “ni siquiera sacó la convocatoria”.

“Lo mismo sucede con el Camiño de Santiago”, criticó Moreira, después de que el PP anunciase diversas mejoras en infraestructuras que el Concello puede asumir con el remanente de Tesorería –fondos municipales que no se gastaron del presupuesto–. “Después de cinco años en los que el BNG lleva reivindicando mejoras en el camino jacobeo, y de meses con la hostelería bajo mínimos, deciden hacer las obras justo ahora que comienzan a volver los peregrinos”, apuntó.

El portavoz municipal Manu Lourenzo incidió en que “no es normal tener a un concello clave parado durante tres años para, en el año antes de las elecciones, entrar en una vorágine de cemento y piche”.

Ayudas al comercio local

Según se desprende de la liquidación de la cuenta general de 2020, el ejecutivo de Reguera dejó sin gastar 140.000 euros en asistencia social; 29.000 en medio ambiente; 100.000 previstos para fomento del empleo; 30.000 en comercio y turismo y hasta 314.000 euros “que debían ser destinados al mantenimiento de caminos vecinales”, subraya la oposición de Soutomaior.

Lourenzo lamentó que desde 2020 el comercio está “pasando momentos durísimos mientras el PP deja sin ejecutar el 50% de la partida asignada” para este sector.

Respecto a las obras de mejora aprobadas en el mismo pleno para la depuradora de Comboa, el BNG critica que lleguen “después de 20 años con los vecinos aguantando olores, mosquitos y vertidos.”