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Camposancos pide que su bosque pintado sea declarado BIC

Los petroglifos de Santa Trega se plasman en los pinos de O Puntal, en Camposancos.

En plena ruta del Camino de Santiago por la Costa, en la parroquia de Camposancos (A Guarda), la Entidad Local Menor de la zona ha impulsado un auténtico bosque pintado que se ha constituido como una de las iniciativas al aire libre más originales de los últimos años. Concretamente, en los árboles del monte de O Puntal, han grabado los petroglifos que demuestran la presencia humana en Santa Trega hace 2.000 años. El proyecto ha sido bautizado como el Piñeiral Castrexo, pero para poder contemplar los jeroglíficos no basta únicamente con posar la vista frente a los troncos, sino que es necesario buscar la posición exacta en la que las formas geométricas tengan sentido.

Ahora, en pleno año Xacobeo y con el objetivo de dar un nuevo impulso al Camino de la Costa a su paso por Camposancos, la Entidad Local Menor reclama a las administraciones que catalogue el Piñeiral Castrexo como Bien de Interés Cultural (BIC). “Creemos que es el momento”, explica el escultor Xosé Cabaleiro, el creador de esta iniciativa tan singular y que se inspiró en el pintor Agustín Ibarrola y su bosque pintado en Oma, en Vizcaya.

La idea surgió hace casi tres años, con el fin de pintar en el monte de O Puntal de esta parroquia de A Guarda algunas de las obras que se encuentran en Santa Trega “y bajar la cultura castrense al pueblo”. “Porque un pueblo que olvida su cultura, también olvida sus raíces. Y esa fue la intención, pintar en esta zona un poco de nuestra cultura”, explica Xosé Cabaleiro, el artista que grabó los petroglifos en los troncos junto a Gemma Marqués. Y también contaron con la colaboración de la casa taller de A Guarda.

Una de las pinturas en los árboles de Camposancos.

Ninguno de los petroglifos se pintó por azar. El proyecto se hizo por ordenador y las figuras se plasmaron por la noche en el pinar con un proyector. Un trabajo más sencillo que el de llamar a la puerta de las administraciones para solicitar los permisos necesarios para realizar la obra, los cuales tardaron dos años en llegar. Una vez obtenidas las autorizaciones, bastaron unos botes de pintura, unas brochas y una escalera para convertir el monte de O Puntal en el nuevo atractivo turístico de A Guarda.

El papel de la Entidad Local Menor de Camposancos también fue fundamental, pues, en junio de 2019, cuando tomó posesión del cargo de presidenta Mercedes Martínez, el primer proyecto que tuvo sobre la mesa fue el Piñeiral Castrexo de Cabaleiro. Finalmente, el proyecto pudo completarse en septiembre del año pasado con la instalación de señalización y paneles informativos, financiados por la Entidad Local Menor de Camposancos. Los promotores de la iniciativa explican además que se llevó a cabo con pinturas elaboradas a partir de materiales vegetales e inocuos, que en ningún caso dañan el medio ambiente. Y pese a lo llamativo del proyecto, lo cierto es que la mayoría de las solicitudes de subvenciones para ponerlo en marcha no tuvieron éxito. No obstante, tras las correspondientes batallas y dificultades burocráticas y económicas, finalmente pudo ejecutarse.

Desde entonces, el Piñeiral Castrexo ha sido un foco de atracción de visitantes, que se paran constantemente junto a los pinos para hacerse fotos para inmortalizar el enorme valor arqueológico y paisajístico que supone. La iniciativa también espera poder atraer más peregrinos al Camino de Santiago por la Costa, ya que los peregrinos se lo encuentran a su paso por el municipio de A Guarda. Varias páginas web turísticas además ya ponen el Piñeiral Castrexo como una de las visitas imprescindibles que hay que realizar en la comarca del Baixo Miño.

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