Un hombre de 53 años murió ayer por la mañana en Tomiño tras sufrir la picadura de varias avispas en los brazos y en las piernas mientras se encontraba desbrozando una finca. Los hechos se produjeron concretamente en Barro, y la esposa le inyectó adrenalina para intentar reanimarlo. A los pocos minutos llegó una patrulla de la Policía Local de Tomiño, el GES de A Guarda y los equipos de emergencias sanitarias, incluido un helicóptero del 061 y profesionales del centro de salud de Tomiño. Los médicos realizaron constantes maniobras de reanimación durante aproximadamente una hora y media, pero sin éxito.

Según apuntan fuentes policiales, todo apunta a que la causa de la muerte ha sido la fuerte reacción que las picaduras de las avispas provocaron en el hombre, que era alérgico a estos insectos.