Uniendo deporte y solidaridad, el ciclista redondelano Albi Rozas hizo la ruta Cartagena-Santiago de Compostela, más de mil kilómetros de pedaleo ‘non stop’, en poco más de 50 horas. La proeza sirvió para dar a conocer por toda España la labor de la asociación cántabra “Todos somos Iván”, que ayuda a los niños con cáncer, en línea con el proyecto solidario Gran Fondo 8.000 millas, del que el deportista de Chapela forma parte y “quería aportar mi granito de arena”, explica.

Albi logró además con esta aventura superar su propio récord de distancia a lomos de la bicicleta sin parar más que lo imprescindible: exactamente 1.148 kilómetros, de punta a punta de la Península. Rodó entre Murcia y la plaza del Obradoiro en 50 horas y 37 minutos.

“Fue el reto más duro y sufrido de los que he tenido hasta ahora”, confiesa el deportista redondelano. El ciclismo de fondo es su pasión y en años anteriores completó las rutas del Camino Francés, desde Roncesvalles, en 38 horas; o la Vía de la Plata, de Cádiz a Santiago, en 52 horas. En 2019, Albi Rozas intentó hacer “del tirón” el Camino Portugués, desde el Algarve, pero a unos kilómetros de la frontera gallega una lesión le obligó a detenerse. En 2020 recorrió el Camino del Norte, 855 kilómetros por el Cantábrico, en menos de 33 horas.

Mapa de la ruta y tiempo empleado.

Mapa de la ruta y tiempo empleado.

Este año eligió Cartagena como inicio de su ruta “en vez de Portugal que sigue pendiente, por las dudas que genera la situación sanitaria”. En Murcia hay tradición jacobea y era una manera de reivindicarla. Así que la semana pasada se desplazó hasta allí con su pareja Elisabeth Ballesteros, quien le apoyó como “coche escoba” en todo el trayecto. “Pudimos minimizar las paradas al llevar víveres en el coche o ella se adelantaba si era necesario”, dice Albi. Salieron el jueves y alcanzaron Compostela el sábado. Como ya es costumbre, el fondista selló la credencial de peregrino en el establecimiento de José Manuel Bello, presidente de los comerciantes de la Zona Monumental de Santiago.

De la aventura, Albi señala que “fue durísimo subir el Padornelo” por los kilómetros acumulados y las quemaduras por el sol. De noche paraba cada 30 kilómetros “para cerrar unos segundos los ojos”. Todo un esfuerzo que quiso hacer también en recuerdo de Lucho González, presidente del Día del Remo de Chapela y “un gran amigo”.

Albi Rozas a su llegada a la plaza del Obradoiro, el sábado pasado.