La temporada de furanchos en Redondela arranca con 15 locales hasta el 31 de julio

El gobierno local estima que la cifra se incrementará hasta una veintena, la mayoría en Reboreda | La normativa les exige reservas previas, control de aforo y registro de visitas

Unas personas disfrutan de vinos y tapas, ayer por la tarde, en un “furancho” de Chapela. |   // A.P.

Unas personas disfrutan de vinos y tapas, ayer por la tarde, en un “furancho” de Chapela. | // A.P. / Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

La temporada de “furanchos” en Redondela ya se encuentra a pleno rendimiento para servir el excedente de vino de cosecha. El Concello ya ha concedido una quincena de solicitudes, la mayoría de ellos en Reboreda, aunque también hay “loureiros” abiertos en O Viso, Cedeira, Chapela, Negros y Saxamonde. Una cifra que se espera que pueda incrementarse en los próximos días hasta alcanzar una veintena de establecimientos, según las estimaciones del gobierno local.

La concejala de Economía, Facenda e Urbanismo, María Castro, considera que la actual situación provocada por la pandemia del COVID ha desanimado a algunos de los propietarios de estas bodegas rurales, que descartan su apertura ante las restricciones de aforo y requisitos de control sanitario, por lo que la cifra de “furanchos” se quedará en la mitad que en los años previos al coronavirus, en los que era habitual que funcionasen unos 40 o 50 cada temporada.

Furancho A Reboraina, en Reboreda. / A.P.

Furancho A Reboraina, en Reboreda. / A.P.

La actividad de estos establecimientos caseros está regulada por una normativa específica de la Xunta en la que se aplican las mismas normas que rigen a la hostelería y restauración: control de aforos con el 75% de ocupación máxima en el exterior y el 50% en el interior, limitación a un máximo de cuatro comensales en las mesas de espacios cerrados y de seis en espacios al aire libre –aunque estas normas se ampliarán con las medidas que entran en vigor mañana a las 00.00 horas–. Además tienen la obligación de situar en un lugar visible el cartel con los aforos permitidos, exigir a los clientes reserva previa y llevar un registro de visitas. Por último, tendrán que disponer de medidores de CO2 en el interior del establecimiento.

Tres meses

El periodo máximo de apertura de los “furanchos” es de tres meses, aunque con el retraso en la fecha de apertura este año ninguno va a completar el trimestre. La normativa autonómica establece que estos locales particulares donde se sirve el vino excedente de sus bodegas solo pueden abrir entre el 1 de diciembre y el 30 de junio, aunque ante las actuales circunstancias excepcionales se ha concedido ampliar hasta el 31 de julio. Pese a ello, es imposible que ninguno de los “loureiros” redondelanos completen los tres meses al iniciar su funcionamiento la semana pasada.

El Concello redondelano, a través de la Policía Local, será el responsable de garantizar el cumplimiento de los aforos, las medidas sanitarias y las normas de prevención del coronavirus en estas tabernas del rural, que cada temporada atraen a numerosos visitantes a disfrutar del vino y las tapas caseras a precios populares.

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