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La ‘raia’ ya es libre: la ciudadanía cruza al país vecino sin controles en las fronteras

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De paseo pero sin aglomeraciones: los gallegos estrenan la reapertura fronteriza con Portugal Alba Villar

Todos los pasos abren y la gente ya acude sin problemas a hacer la compra y pasear por Valença y Cerveira | La fortaleza de Valença vuelve a recibir a ciudadanos gallegos

Alivio y alegría. Es lo que se vivió ayer en los municipios de la raia. Y es que después de tres meses se abrieron por fin las fronteras, lo que conlleva que todos los pasos entre un país y otros estén abiertos las 24 horas. Así, los vecinos de Tomiño, Tui, O Rosal y A Guarda pudieron al fin cruzar libremente a los municipios del país vecino. En ninguno de los puentes se realizó ningún tipo de control pidiendo algún justificante laboral o sanitario, por lo que la ciudadanía se lanzó a viajar a sus territorios hermanos para hacer lo que solían hacer antes del cierre fronterizo: pasear, hacer compras y reencontrarse con amigos e incluso familiares. De momento, por tanto, prevalece la postura del Ministerio del Interior, que ya había confirmado la ausencia de controles en los pasos fronterizos, mientras que la Xunta reclamaba que solo se pudiera pasar por motivos laborales o sanitarios. Finalmente lo hicieron todos los que quisieron.

Porque había ganas de cruzar la frontera y eso se notó. Especialmente de familias enteras que acudían a hacer la compra a Valença y a Vila Nova de Cerveira. Es el caso de Dolores Rodríguez y Teodosio Fernández, un matrimonio tomiñés que pisaba Cerveira por primera vez en los últimos tres meses. “Teníamos ganas ya de estar aquí, y además la compra siempre sale más barata. Vinimos al supermercado, a tomar algo, a dar un paseo… Cuando todo estaba abierto solíamos venir una o dos veces por semana, y espero que podamos volver a esa rutina”, apunta Teodosio Fernández. Se da la casualidad además que este matrimonio, justo el día que cerraron las fronteras, habían intentado pasar por el Ponte da Amizade entre Goián y Cerveira, e inmediatamente los paró la Guardia Civil bajo amenaza de ponerles una multa de seiscientos euros a cada uno, de la que al final se libraron.

  • “Nos gusta venir a la compra, dar un paseo y tomar algo”

    Teodosio y dolores - Matrimonio tomiñés de compras en Cerveira

El trajín de coches entre uno y otro país fue constante a lo largo de todo el día. Dando un paseo por Cerveira también estaban Borja Pérez, Inés Vicente Alexandre y su hija Leonor. Él es de Tomiño y ella portuguesa, pero ambos viven en Vigo. También llevaban meses sin poder pisar el país luso. “No teníamos claro si podríamos pasar, veníamos con cierto recelo por si había algún control en el puente y nos mandaban de vuelta”, reconoce Borja. Pero finalmente se dieron cuenta que tenían vía libre y estuvieron en Cerveira haciendo compras y pasando una jornada agradable.

  • “Vinimos con dudas porque no sabíamos si podríamos pasar”

    Borja, leonor e Inés - Familia de Vigo de paseo por Cerveira

También en la fortaleza de Valença se empezó a recuperar ayer la normalidad prepandémica. Porque ya no eran solo portugueses. Decenas de tudenses, vigueses, tomiñeses o guardeses acudieron a las conocidas tiendas de Valença para comprar productos a precios reducidos, especialmente las famosas toallas. En este sentido, una de las imágenes de la jornada fue volver a ver el puente antiguo que une Tui y Valença con coches y ciclistas que cruzaban a uno y otro lado de la eurociudad.

No obstante, hay que señalar que las dudas creadas sobre si se podía o no cruzar libremente la frontera hizo que la afluencia no fuese masiva al otro lado de la raia.

Familias haciendo compras en la fortaleza de Valença el primer día de la apertura de las fronteras con Portugal. ALBA VILLAR

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