El vicedirector de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial AECT Río Miño, en la que se incluyen municipios de Galicia y del Alto Minho portugués, Uxío Benítez, lamentó que el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, visitara este lunes el territorio del Miño para anunciar el tren eléctrico entre Valença y Lisboa y no anunciara la apertura de la frontera ni las necesarias compensaciones por el daño económico que está causando el cierre a personas trabajadoras y empresas de una y de otra orilla.

Coincidiendo con las peticiones realizadas en las protestas de comerciantes y personas trabajadoras, Benítez destacó que “está muy bien tener un tren electrificado a Lisboa”, pero recordó que a día de hoy no se puede “ni ir entre Valença y Tui” a pesar de que las situaciones sanitarias entre los ayuntamientos de ambas partes del Miño son muy semejantes. El vicedirector del AECT, de hecho, calificó el argumentario dado por Costa de no abrir la raya en la zona del Miño ya que eso implicaría abrir la frontera con toda España, incluyendo los lugares donde la incidencia de la COVID es mucho más alta- como “las disculpas de siempre”.

Frente a esto, el también diputado nacionalista insistió en que el territorio miñoto tiene una singularidad propia con respeto al resto de la frontera entre España y Portugal, ya que asume el 50% de los tránsitos de vehículos a pesar de tener apenas el 5% de la longitud total.

Asimismo, Benítez destacó que resulta absurdo esgrimir por parte del primero ministro portugués la necesidad de un cierre sanitario cuando a día de hoy en los controles de la frontera el único que se hace es comprobar que la documentación de las personas que cruzan es administrativamente correcta.

 “No se exige ni una PCR, ni se toman temperaturas, ni nada relacionado con la salud. ES un sinsentido sobre todo ahora que se está abriendo la economía en los dos países y que se permite una mayor movilidad. Es una cuestión de sentido común abrir este territorio”, subrayó.

El primer ministro portugués visitó Valença este lunes para inaugurar el tren electrificado con Lisboa y fue recibido con protestas de comerciantes de Valença y Vilanova que se quejan de las fuertes pérdidas causadas por el cierre de la frontera debido al COVID-19.