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Mariposas de Tomiño hacia Europa

La escultora búlgara Liliya Pobornikova, afincada en Tomiño, con las mariposas de hierro y otra de sus creaciones. C. VILLAVERDE

La escultora Liliya Pobornikova, afincada hace diez años en el municipio, trabaja en una obra compuesta por más de 600 piezas de hierro de este insecto para un hotel de Bulgaria

Históricamente Tomiño siempre fue una tierra de artistas y, más concretamente, de escultores. José Antúnez Pousa, Magín Picallo, Xuxo Vázquez, Xoán Piñeiro… Son solo algunas de las muchas figuras de relevancia que desarrollaron su trabajo en el municipio. Pero Tomiño no solo destaca por producir grandes escultores, sino también por importarlos. Una de ellas es Liliya Pobornikova, artista que nación en Bulgaria en 1979 y que se trasladó a Tomiño hace más de diez años tras conocer a otro de los grandes escultores tomiñeses, Nando Álvarez, con el que formó una familia. Ella tuvo claro desde pequeña que lo suyo era trabajar con las manos. Tras formarse en la National Academy of Art, en Sofía, recorrió el mundo participando en más de un centenar de simposios de escultura en países como China, Taiwán, Brasil, Egipto o Alemania, consiguiendo premios de gran prestigio internacional en una profesión históricamente vinculada a los hombres. “Pero esto ha cambiado últimamente, hay muchas chicas jóvenes que gracias a las redes sociales y a los nuevos medios están interesándose por este camino porque es más sencillo encontrar referentes y ver que las mujeres también pueden dedicarse a esto”, relata la escultora.

En una profesión en la que mostrar el trabajo al público en exposiciones y simposios, viajando constantemente, la pandemia supuso un cambio importante ante la cancelación de muchos de estos eventos. Por suerte el aumento de la venta online también llegó a la escultura, lo que ayudó a paliar la situación. En el último año prácticamente todas las ventas de Liliya Pobornikova fueron a través de Internet, la mayoría de ellas a particulares de otros países como Alemania y Estados Unidos. Según apunta la artista, una de las obras que mejor acogida están encontrando entre la gente son sus composiciones de mariposas. Realizadas en hierro, algunas de ellas contienen hasta varias docenas de estas mariposas, que se combinan y se sueldan para formar esculturas que se pueden poner en una mesa, en el suelo o en la pared.

“El proyecto me lo ha encargado un hotel de montaña y es distinto a todo lo que he hecho”

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Ninguna de ellas se compara al proyecto en el que actualmente está trabajando, un encargo de un hotel de Bulgaria que está conformado por hasta seiscientas mariposas, ocupando una pared de 2x3 metros. “Se trata de un hotel de montaña, un lugar en el que se practican deportes de invierno, pero en el que también se hacen rutas para ver mariposas y pienso que de ahí viene el motivo del encargo. Además va a ser diferente a todas las demás, porque yo estoy acostumbrada a hacer siempre las mismas formas y modelos, pero esta vez tengo que hacer las mariposas autóctonas de la montaña en la que está el hotel y será algo novedoso”, explica la escultora.

La escultora búlgara Liliya Pobornikova, afincada en Tomiño, con las mariposas de hierro y otra de sus creaciones. C. VILLAVERDE

“Todo el mundo ve una escultura, pero pocos saben cómo se consigue ese resultado”

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Liliya también es, junto con Nando, la encargada de la dirección artística del IV Simposio Internacional de Escultura del Miño, un evento organizado en el marco de la eurociudad Cerveira-Tomiño y que congregará en Goián el próximo mes de septiembre a escultores de diversos países del mundo. La selección final, aunque está prácticamente cerrada, fue muy difícil de hacer, habiendo proyectos con nivel “para hacer dos o tres simposios”. Liliya destaca la importancia que tienen eventos como estos para acercar el mundo de la escultura a la sociedad: “Todo el mundo vio alguna vez alguna escultura por la calle, pero muy poca gente sabe cómo se llega a ese resultado, cómo el artista coge un bloque de piedra y va lo va tallando y moldeando hasta que emerge la obra, y de esta forma pueden verlo mientras dan un paseo y van apreciando cómo va cambiando día a día”.

La artista afincada en Tomiño cuenta lo mucho que le gusta dar un paseo por Vilanova de Cerveira, un municipio también conocido por su vitalidad artística y escultórica a pie de calle, porque quiso la suerte que a ambos lados del Miño se juntasen la villa de las artes y la villa de los artistas. Tras la realización del evento, entre las dos juntarán entre los participantes de las diversas ediciones 22 obras de varias zonas del planeta. No cabe duda que pueden presumir de esculturas… y de escultoras.

La escultora búlgara Liliya Pobornikova, afincada en Tomiño, con las mariposas de hierro y otra de sus creaciones. C. VILLAVERDE

Más logros

El arte tomiñés ha estado golpeando fuerte en los últimos tiempos. Además de este gran proyecto en el que está inmerso Liliya, hay que recordar que Verónica Vicente, también natural del municipio del Baixo Miño, es una de los treinta creadores seleccionados a exponer su obra en el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), dentro de la exposición conmemorativa de los treinta años de la facultad de Bellas Artes de Pontevedra, celebrada en Santiago de Compostela y que permanece abierta hasta el 23 de mayo. Verónica comparte cartel con otros 29 artistas. La creadora de Tomiño propone convertir el cuerpo humano en un objeto decorativo: a través de una puesta en escena muy original, sus imágenes llevan al espectador a cubrir lujosos espacios interiores, como palacios, donde el cuerpo adquiere formas impensables, convirtiéndose en un objeto decorativo muy especial. Se trata de un proyecto visual en el que Verónica comenzó a trabajar en el 2015 y que se extiende hasta la actualidad, y que comprende tres vídeos (uno es propiedad del CGAC) y una colección de fotografías.

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