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Detenida una persona por la muerte del vecino de Chapela amordazado en su casa

El hombre fue arrestado ayer por la mañana en la parroquia redondelana en una operación de la Policía Nacional | La causa fue declarada secreta por un presunto delito de homicidio

Operativo el pasado 30 de enero al encontrar el cadáver amordazado en una casa de Chapela. // RICARDO GROBAS

Una persona, de la que no se ha facilitado su identidad, fue detenida ayer por la mañana en la parroquia redondelana de Chapela por la Policía Nacional en relación con el crimen de un vecino de esta localidad, cuyo cadáver fue hallado el pasado 30 de enero en su domicilio amordazado y atado de pies y manos.

Según informaron fuentes cercanas a la investigación, el hombre arrestado es un residente de Chapela de toda la vida, aunque se desconoce cualquier otro dato, como su posible relación con la víctima o el móvil que desencadenó la terrible muerte de Roberto C.P. , de 51 años de edad, en el salón de su propia casa. Desde la Policía Nacional declinaron ayer hacer cualquier manifestación relacionada con este caso. El Juzgado de Instrucción número 2 de Redondela, que instruye las diligencias por un presunto delito de homicidio, declaró la causa secreta por lo que hasta ahora no trascendió prácticamente ningún detalle del curso de la investigación. El pase a disposición judicial des arrestado estado está previsto para mañana. La investigación policial continúa abierta.

Consternación

El macabro caso causó un enorme impacto y gran consternación en Chapela, ya que nadie podía esperar un crimen así en una zona residencial tranquila. Los días siguientes a la aparición del cadáver la Policía Científica acudió en distintas ocasiones a la vivienda en la que sucedieron los hechos, el bajo de un edificio situado en calle San Telmo, en la bajada a la playa de Arealonga, y la registraron con detalle para recabar huellas y pistas que pudieran ayudar a esclarecer los hechos.

El cadáver de Roberto C.P. fue localizado en el salón de la vivienda atado de pies y manos y amordazado, presuntamente, con la misma cinta de color blanco que anudaba sus extremidades. Un llamativo chaleco cubría su cabeza.

Sin forcejeo

Las extraña situación que presentaba la escena del crimen complicaban la resolución del caso, ya que la casa de la víctima se encontraba ordenada. También la puerta se estaba cerrada con llave y sin forzar la cerradura, lo que indica que la víctima podría conocer a su asesino y le dejó entrar. El cuerpo del fallecido tampoco tenía señales de violencia, algo que evidencia que no hubo forcejeo y que no se pudo defender de su agresor. Y también el perro que vivía en la casa, un bulldog que sacaba a pasear a diario por la zona, apareció encerrado en la parte trasera de la vivienda.

Las pesquisas de los agentes para intentar esclarecer lo ocurrido se centraron desde el inicio en el entorno del fallecido y una de las herramientas claves para tratar de esclarecer el crimen pudo ser el teléfono móvil de la víctima.

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