Siempre están para ayudar y para muchos suelen pasar desapercibidos. Pero los voluntarios de Protección Civil prestan apoyo en todo tipo de situaciones: lucha contra incendios, accidentes de tráfico o laborales, primeros auxilios, aplicación de medidas de seguridad en eventos… y ahora con la pandemia también se han caracterizado por llevar comida y enseres de primera necesidad a personas que no podían salir de casa. Por todo ello es tan preocupante la situación que está pasando la agrupación de Protección Civil de Tui. Solo son doce, “muy pocos” para un municipio como Tui, que requiere de una gran atención al contar además con elementos patrimoniales tan importantes como el parque natural Aloia.
El presidente de la agrupación tudense, Juan Manuel González, advierte de que “o llegan más voluntarios, o tendremos que disolvernos”. Por eso en la actualidad están llevando a cabo una campaña de captación de voluntarios. Para intentar convencerlos, explican que una de las ventajas de estar en Protección Civil es “el permanente contacto con los vecinos” o trabajar codo con codo con otras fuerzas de seguridad como pueden ser los bomberos o la policía. Lo ideal, además, es que los que se ofrezcan para ser voluntarios sean personas que residan en el municipio, que conozcan Tui y que estén disponibles al momento por si surge alguna emergencia.
Tras disolverse hace siete años por desavenencias con el equipo de gobierno de aquel entonces, la agrupación de Protección Civil se reactivó hace tres años en Tui. Todos los que forman parte de ella trabajan, y al ser tan pocos, el agotamiento es cada vez mayor porque si pasa algo, “siempre tenemos que salir los mismos”. La situación ha llevado a que los voluntarios estén cada uno en su casa y, si pasa algo, se organizan y salen. Es decir, ya no están en la central de emergencias. Ahora mismo lo que más están atendiendo son accidentes de coche y alguno de carácter laboral, y se están ya coordinando para ayudar en una prueba acuática en el río Miño. Hay que tener en cuenta además que cuando se produce una emergencia, normalmente solo están disponibles dos o tres voluntarios de la agrupación “como máximo”, lo que da a entender las dificultades por las que está pasando un colectivo que es clave en el apoyo de todo tipo de incidentes.
Y es que pese a estar en cuadro, el año pasado, con la explosión de la pandemia, realizaron un total de 1.969 horas de servicio. En total 387 intervenciones, de las que 93 estuvieron relacionados con el COVID, con labores de desinfección de contenedores, reparto de mascarillas, adquisición de alimentos o distribución de ordenadores. Además llevaron a cabo 54 acciones por accidentes de tráfico con heridos. Hay que reseñar también que los voluntarios de Protección Civil de Tui acudieron en 28 ocasiones a retirar animales vivos o muertos de la vía pública y otros lugares. También ayudaron en la búsqueda de personas desaparecidas, en incendios forestales o en accidentes laborales.
En otros municipios de la comarca del Baixo Miño no están teniendo los problemas que tiene Tui para mantener su agrupación de Protección Civil por falta de voluntarios. En Tomiño por ejemplo tienen 18 (cifra que se suele mantener) y en O Rosal son los suficientes para atender al propio municipio y también a Oia. En A Guarda hay que recordar que prestan servicio los GES.
