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El aislamiento tudense llega a su fin

Tui se prepara para la apertura perimetral tras cuatro meses consecutivos de cierre en solitario para detener el avance de la pandemia, que rozó los 200 contagios en la villa

El aislamiento tudense llega a su fin

El aislamiento tudense llega a su fin

El aislamiento tudense llega a su fin

Los gallegos y gallegas están deseando que llegue mañana para disfrutar, con cautela y la mascarilla puesta, del alivio de las restricciones impuestas por la Xunta para contener la cuarta ola del COVID-19. Un deseo que en Tui se multiplica por cuatro, el número de meses que los vecinos vienen sufriendo el cierre perimetral aislado del municipio. “Tenemos sensación de claustrofobia”, lamentan algunos, recordando que la ciudad fronteriza es la única, junto a Cangas, en esta situación.

Desde principios de noviembre los tudenses tienen prohibido salir de Tui, salvo causas justificadas, y en ningún momento han tenido la posibilidad de formar una almendra con localidades cercanas a pesar de tener el mismo nivel de incidencia. Esto está afectando gravemente al pequeño comercio, que reclama un rescate proporcional a las restricciones de cada concello, pero también ha hecho mella en el ánimo de los vecinos, deseosos de reencontrarse con familiares y amigos, retomar sus aficiones o escaparse a respirar la brisa del mar.

Camilo Martínez, de Caldelas, todavía no echa de menos la playa “porque hace mal tiempo” y toda su familia vive en la localidad. No obstante, el cierre perimetral está retrasando la reforma que está llevando a cabo en su vivienda. “Llevo desde noviembre sin poder ir al Bricoking y al Leroy Merlin a comprar lo que necesito para la reforma”, explica Camilo, que, sobre las restricciones, asegura “soy cumplidor y las hago cumplir”.

El que cuenta las horas para reencontrarse con familiares que no viven en Tui es Cristian Lago, de San Bartolomé, que también echa de menos poder ir a municipios limítrofes. Al mismo tiempo, destaca que la frecuente lluvia de los últimos meses “ha hecho más llevadero el encierro” y que “en Tui tenemos muchas cosas para hacer”.

“Somos unos privilegiados, aquí tenemos de todo”, coincide Luis Álvarez, de Randufe. Paseos por la orilla del río Miño, rutas por el monte Aloia y un rico y numeroso patrimonio monumental y etnográfico han hecho más soportable el confinamiento tudense. Pero eso no quita que haya ganas de cambiar de aires. “Cogeré la bicicleta e iré hasta A Guarda”, responde Luis Álvarez sobre los planes de su primer fin de semana de semilibertad.

Las que también están esperando como agua de mayo poder salir de Tui son las alumnas del IES San Paio, Elsa, Paula y Andrea, pues para la juventud, las alternativas de ocio dentro del perímetro se reducen. Elsa quiere ir de compras a Vigo, Paula al cine y Andrea a la playa.

La playa también será el plan de fin de semana de David y Ángel. “Iremos a la playa para que el peque corra por la arena; ya tenemos ganas de hacer cosas diferentes, y también tenemos que ir a comprarle ropa al niño, que crece y en Tui la oferta de infantil es limitada”, comenta esta pareja de Tui.

Mañana es el día en el que podrán materializar sus planes, pues la situación epidemiológica de Tui ha mejorado con respecto a noviembre, cuando empezaron a subir sin control los casos positivos de COVID-19. También es mucho más optimista que hace un mes, cuando los contagios registraban el pico más alto desde el inicio de la pandemia, con casi 200 infectados en el municipio (la mitad por el brote en la Residencia Paz y Bien). Pero, los casos descienden diariamente desde hace tres semanas, y en la actualidad se contabilizan 29 contagios acumulados.

La recompensa a este calvario: la “libertad”, aunque limitada a los concellos del área sanitaria de Vigo con la misma incidencia epidemiológica que Tui, es decir, por debajo de los 250 casos por 100.000 habitantes.

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