El crimen de un vecino de Chapela, cuyo cadáver fue hallado el pasado 30 de enero en su domicilio amordazado y atado de pies y manos, continúa envuelto en misterio. Cuando se cumplen veinte días de este trágico homicidio que conmocionó a toda la parroquia redondelana todavía no se ha detenido a nadie relacionado con el suceso ni se conoce el móvil que desencadenó la terrible muerte de Roberto C.P. , de 51 años de edad, en el salón de su propia casa.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Redondela abrió diligencias por un presunto delito de homicidio y declaró la causa secreta, por lo que hasta ahora no ha trascendido prácticamente ningún detalle del curso de la investigación.

Lo único que se sabe es que los días siguientes a la aparición del cadáver la Policía Científica acudió en distintas ocasiones a la vivienda en la que sucedieron los hechos, el bajo de un edificio situado en calle San Telmo, en la bajada a la playa de Arealonga, y la registraron con detalle para recabar huellas y pistas que pudieran ayudar a esclarecer los hechos.

Las extraña situación que presentaba la escena del crimen complican la resolución del caso, ya que la casa de la víctima se encontraba ordenada. También la puerta se estaba cerrada con llave y sin forzar la cerradura, lo que indica que la víctima podría conocer a su asesino y le dejó entrar. El cuerpo de Roberto C.P. tampoco tenía señales de violencia, algo que evidencia que no hubo forcejeo y que no se pudo defender de su agresor. Y el perro que vivía en la casa, un bulldog que el fallecido paseaba a diario por la zona, apareció encerrado en la parte trasera de la casa.

Chaleco en la cabeza

Los agentes localizaron el cadáver en el salón atado de pies y manos y amordazado, presuntamente, con la misma cinta de color blanco que anudaba sus extremidades. Un llamativo chaleco cubría su cabeza.

La alarma la habían dado unos amigos después de llevar al menos dos días tratando de localizarlo telefónicamente sin éxito, por lo que se presentaron en su vivienda para ver si tenía algún problema o le había pasado algo. Allí, se encontraron con la música a muy alto volumen, por lo que intuyeron que Roberto se encontraría en su interior. Al no atender a sus llamadas, rompieron un cristal de la puerta principal y ya lo observaron tendido en el suelo del salón.

El móvil, clave para esclarecer el caso

Las pesquisas de los agentes para intentar esclarecer lo ocurrido se centran en el entorno del fallecido y una de las herramientas claves para esclarecer el crimen podría ser el teléfono móvil de la víctima. Entre las líneas que siguen es que esta violenta muerte podría estar relacionada con el mundo de las drogas. Aunque bastante alejado en el tiempo –de 1995–, al fallecido le constaba un antecedente por un delito de tráfico de estupefacientes. Mientras tanto se tendrá que esperar a que concluya ya la investigación para ver si se logra esclarecer este extraño suceso.