Los alcaldes y alcaldesas de la raia miñota estaban “expectantes” ante una posible apertura de más pasos fronterizos para los trabajadores, pero, finalmente, la decisión anunciada por el gobierno portugués ha caído como un jarro de agua fría sobre los 26 municipios que conforman la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECR) Río Miño. Ante las demandas de los regidores, el Ministerio da Administración Interna portugués ha respondido abriendo parcialmente el puente de Arbo-Melgaço y ampliando el horario de paso del de Salvaterra-Monçao, que ya abría de lunes a viernes de 8 a 10 y de 19 a 21 horas. Por ambos estará autorizado el paso para trabajadores tres horas por la mañana y tres horas por la tarde, “un horario absolutamente inviable para los empleados transfronterizos porque la mayoría trabaja a turnos”, lamenta el director de la AECT Río Miño, Uxío Benítez.

“Este cambio en los pasos autorizados es lanzar arena a los ojos de los alcaldes y alcaldesas y de sus poblaciones, pues no satisface en absoluto las pretensiones anteriormente expuestas”, denuncia Benítez, que ya ha convocado a los mandatarios locales a una reunión urgente el próximo lunes para decidir entre todos qué acciones de protesta emprender.

Decepción generalizada

La decepción de los alcaldes de los 26 municipios de la raia es generalizada porque únicamente continuará abierto las 24 horas del día el Puente Internacional de Tui-Valença. Una decisión fruto del “total y persistente desconocimiento de los gobiernos centrales de Madrid y Lisboa sobre la realidad del territorio miñoto”, valora Benítez, insistiendo en que “los estados cierran los pasos fronterizos y les trasladan los costes a los trabajadores”.

En este sentido, cabe destacar que el puente que une Tomiño con Vila Nova de Cerveira, que continuará cerrado tras los últimos cambios, es el quinto con más movimiento de vehículos de los 64 de toda la frontera entre España y Portugal. En las inmediaciones de este viaducto se sitúa el parque empresarial de Cerveira, con más de un millar de trabajadores gallegos. “Hay una relación comercial umbilical entre una y otra orilla. Tui y Valença están a 16 kilómetros y A Guarda a 27 kilómetros. El paso a través del puente da Amizade recortaría las distancias acumuladas que todo el personal laboral tiene que recorrer de manera obligatoria”, señala el vicedirector de la AECT Río Miño.

Tras conocerse esta decisión del Ministerio da Administración Interna de Portugal, los municipios de la raia ya recibieron numerosos emails de trabajadores y trabajadoras trasnsfronterizas y de empresarios de grandes empresas para compartir el relato de su situación, desgastado y afligido a nivel económico y personal por tener que recorrer decenas de kilómetros de rodeos para atravesar el río Miño por el puente de Tui, donde se registran importantes retenciones y caos circulatorio.