El Monasterio de Oia tenía dos retos hace un año, antes de que comenzara la pandemia: avanzar en los pasos urbanísticos que permitan su rehabilitación definitiva y seguir desarrollando una dinamización cultural única que siguiera poniendo en valor este patrimonio histórico. La dirección del cenobio, pese al impacto del COVID, dio por cumplidos ambos objetivos según la segunda memoria de sostenibilidad que acaba de publicar y que relata la actividad del último año. Conforme apunta este documento, el trabajo conjunto entre el Monasterio y el Concello de Oia está permitiendo sentar las bases del marco urbanístico que permitirá la mayor inversión de la historia del municipio. Tras llegar a un acuerdo en octubre de 2019, ambas partes están trabajando de forma continua y coordinada “por un objetivo y proyecto común”.
Al mismo tiempo, la dirección del Monasterio ya ha realizado obras de mejora para reforzar parte de los tejados, renovando los accesos principales al cenobio y las estancias, y finalizando la renovación del centro de recepción de visitantes. Especialmente importante fue la finalización del levantamiento topográfico realizado con tecnología fotogramétrica, que ha complementado un trabajo topográfico anterior. Tras más de un año desde su inicio, este proyecto digitalizó toda la construcción con un nivel de precisión y detalle “inaudito”, siendo la base para la futura rehabilitación planteada.
Al mismo tiempo, durante el año pasado se pudo desarrollar una programación cultural tan esperada como condicionada por la situación sanitaria. Las actividades programadas desde el mes de abril hasta noviembre de 2020 tuvieron que ajustarse debido a la pandemia, limitando los aforos y aplicando estrictamente las medidas marcadas por las autoridades. En todo caso, la estrategia planteada estaba clara: no dejar de promover la cultura y la historia del Monasterio. Así, se llevaron a cabo innumerables visitas guiadas, conciertos al aire libre, conversaciones con referentes del mundo de la investigación y el patrimonio, o eventos tan singulares como el SinSal Litoral o la Emoción de los vinos. Más de 3.400 visitantes en el mes de agosto dan cuenta del respaldo a estas iniciativas.
De esta forma, la dirección destaca que la pandemia no cambió radicalmente la estrategia ni la capacidad del cenobio, basada en una “sostenibilidad económica, social, cultural y medioambiental”. El detalle del trabajo del año pasado se puede ver en la memoria de sostenibilidad que ya está disponible en Internet.
"Un año extraño"
Xoán Martínez, el director general del Monasterio de Oia, asegura que “finalizamos un año 2020 extraño pero que no consiguió cambiar la estrategia y la ilusión de las acciones fijadas para rehabilitar el cenobio y dotarlo de vida”. “Ahora encaramos un año 2021 muy importante, ya no únicamente por la complejidad de los pasos previstos sino por lo que el COVID pueda condicionar. Pero seguiremos trabajando por un objetivo irrenunciable y esperamos seguir sumando fuerzas para poder llevarlo a cabo”, defiende Xoán Martínez. Así, la idea es continuar poniendo en valor el Monasterio y consolidarlo como un elemento dinamizador y turístico respetuoso que aporte riqueza al entorno.
