Miguel G.M. es conducido por la Guardia Civil al furgón. | // ANXO GUTIÉRREZ

La titular del juzgado número 2 de Ponteareas ordenó ayer el ingreso en prisión, provisional y sin fianza, de Miguel G.M., acusado de la muerte a puñaladas de Luis Faro Rodríguez, en la habitación de un hostal de Mondariz.

El acusado se negó a declarar en un primer momento, pero después afirmó que era inocente de los cargos y que no había matado a su vecino de habitación. Luis Faro, cuyo cadáver fue hallado el pasado viernes, dormía en la habitación 3 y Miguel en la 4.

La investigación de los hechos, que desarrolla la Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra, continúa para determinar el arma del crimen y conocer cómo se desarrollaron los acontecimientos. Una de las cosas pendientes de aclaración es si un cuchillo que el investigado adquirió en un bazar fue o no el arma del crimen.

El fallecido tenía múltiples heridas de arma blanca. Una en un costado, dos en el pecho y numerosas en la espalda, lo que evidencia un cruel ensañamiento.

Todo apunta que la muerte se produjo en el interior de la habitación del hotel y el cuerpo fue movido posteriormente a un almacén lóbrego donde se guardan utensilios y que da a un pequeño jardín.

Amenazas

Varios testigos manifestaron que en algunas ocasiones Miguel ya había amenazado de muerte a Luis, pero no por asuntos económicos, como se creía; sino porque Luis le pedía que no le hiciese ruido por las noches, pues el supuesto autor de los hechos trasnochaba, tenía la música alta y él solía madrugar para realizar trabajos de desbroces en fincas particulares.

El juzgado determinó también ayer que se le practiquen las pruebas forenses necesarias para saber si el detenido tiene las facultades mermadas.

La defensa de oficio del investigado pidió la libertad al creer que no existen pruebas concluyentes contra él mientras que la Fiscalía solicitó el ingreso en prisión.

Por otra parte, vecinos y vecinas de Mondariz organizaron ayer una cadena humana al paso del féretro como homenaje al fallecido al no ser posible la asistencia al entierro. Cumpliendo la distancia de seguridad aplaudieron al paso del furgón fúnebre. El vecindario pide que se haga justicia y también han colocado carteles y pancartas en toda la localidad.