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El Miño regala abundantes capturas de lamprea pero el COVID desploma su precio

Un pescador del Baixo Miño muestra una lamprea. | // R. GROBAS

El coronavirus también amenaza la campaña de la lamprea en el Miño. El tramo internacional del río que va desde Tui hasta A Guarda ha comenzado con buen pie en el agua, con un alto volumen de capturas; pero en la lonja, el desplome de los precios augura una temporada para olvidar. Las restricciones para frenar el avance de la pandemia en España y Portugal, con la inestable situación de la restauración, pone en jaque a los pescadores, que no tienen donde dar salida a las capturas, cuyo precio se ha devaluado hasta mínimos históricos, llegando a costar entre 20 y 10 euros la unidad.

La temporada de pesca de lamprea comenzó el pasado uno de enero con 154 licencias para embarcaciones lusas y 68 españolas, y se extenderá hasta el próximo 15 de abril, tal y como indica el comandante del Miño, Juan Díaz. “En el lado español son un 20% menos que el año pasado”, asegura Díaz, que pronostica “una temporada difícil”. Solo hay que ver los precios que se han pagado en la lonja de A Guarda por los primeros ejemplar: 20 euros por unidad, lo que supone menos de la mitad que otros años. “En enero se suele pagar más porque son las primeras lampreas de la temporada y se valoran más; el año pasado llegaron a estar a un máximo de 45 euros”, explica el comandante. En el peor de los casos, la unidad se ha vendido por 10 euros.

Díaz señala la inestabilidad de la hostelería en Galicia y el confinamiento de los portugueses como la principal causa de la caída de los precios y es que, con la restauración cerrada, desaparece la clientela, pues, los amantes de este manjar acostumbran a reunirse alrededor de las mesas de los restaurantes para darse el festín. Ahora, con la mayoría de los restaurantes cerrados al no poder abrir en el interior, y la imposibilidad de reunirse más de cuatro personas, las quedadas para degustar el vampiro del Miño son mínimas.

También están en el aire las fiestas gastronómicas que ensalzaban la lamprea, como la de Arbo en Galicia o la de São Pedro da Torre al otro lado de la Raia, lamenta el comandante naval del Miño.

La angula resiste

Por el contrario, la inestabilidad que emana del COVID en prácticamente todos los sectores no ha afectado demasiado a la campaña de la angula en el río Miño. “La campaña del año pasado ya fue buena, pero la de este año es mejor todavía”, afirma Juan Díaz. Las capturas han sido abundantes y los precios se han mantenido a pesar la pandemia. El kilo llegó a costar en Navidad 450 euros en la lonja de A Guarda.

En total, 86 embarcaciones portuguesas y 73 españolas han salido a la caza de este alevín de la anguila. Es uno de los manjares más cotizados y solo está permitida su pesca durante cuatro lunas nuevas. Actualmente encara la tercera y el final de la temporada está previsto para el 18 de febrero.

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