Unas niñas saludan a los Reyes tras el cordón en Gondomar.

No solo cumplen los deseos de los más pequeños en Nigrán sino que los protegen de cualquier riesgo de contagio. Para evitar las temidas aglomeraciones de la cabalgata tradicional, Sus Majestades se bajaron de los camellos y de las carrozas en el municipio para llevar la ilusión casi casa por casa. Fueron tres los recorridos que realizaron a pie, empezando por Chandebrito de mañana y continuando or Camos, Parada y Priegue en la primera ruta de la tarde para acabar en Nigrán, A Ramallosa y Panxón en la segunda. Si Mahoma no va a la montaña... La visita de los Reyes fue más larga, pero no por ello menos concurrida. Decenas de niños los saludaron por los caminos y en cada centro cultural sin agolparse.

En Gondomar, los pequeños también mantuvieron la distancia de seguridad para compartir unos segundos de charla con los Magos de Oriente. Sentados en los tronos colocados bajo la carpa de la Praza da Paradela, Melchor, Gaspar y Baltasar prometieron a todos ellos los juguetes solicitados.

Las carrozas reales que el lunes recorrieron las parroquias de Baredo, Baíña, Belesar y Sabarís aparcaban ayer en el Parque da Palma baionés para recoger las últimas peticiones de los pequeños del centro urbano.