Sin red pública de suministro de agua ni apenas aceras en sus viales, Chandebrito recibió en el último mes la primera pizza a domicilio. La entrega en esta y otras parroquias rurales de Nigrán fue posible gracias al servicio gratuito municipal de reparto de comida que el Concello proporcionó a la hostelería local durante el cierre forzoso decretado por la Xunta desde el 4 d noviembre hasta este viernes para frenar la segunda ola de la pandemia.

Un total de 115 menús llegaron a viviendas de todo el territorio nigranés en el último mes, frente a la media mensual que se registra desde el confinamiento. Hasta noviembre, los repartos se realizaban a través de la plataforma DBarrio, pero la financiación del servicio por parte del Ayuntamiento ha disparado las cifras.

Del reparto se encarga el “rider” oficial. Fidel Fernández es el primer repartidor de comida del Val Miñor. Tras haber trabajado en pizzerías y después de dejar sus estudios de Administración de Empresas en el IES Escolas Proval, este joven nigranés decidió poner sus conocimientos y experiencia en práctica. A sus 20 años, creó la primera empresa de “delivery” de la comarca y empezó a trabajar durante el confinamiento en la entrega de toda clase de artículos. Pero fue cuando lo contrató el Ayuntamiento nigranés para ayudar a los bares y restaurantes locales a continuar con la actividad en noviembre cuando su teléfono empezó a echar humo.

Su horario de lunes a sábado va de las 13.00 a las 15.00 y de las 20.0 a las 22.00. Es el fin de semana cuando se le multiplica la demanda. “Entre semana recibimos una media de 5 o 6 pedidos al día, pero los sábados podemos tener muchos más. Tantos que no doy abasto y ha tenido que ayudarme mi padre en ocasiones”, explica.

Ha dejado sin trabajo a miles de españoles, pero la pandemia ha sido una oportunidad laboral para Fidel. Se ha convertido en un joven empresario que disfruta del skate en sus ratos libres y trata de ahorrar para cumplir su sueño: grabar un disco en estudio. “Me apasiona la música y compongo. Empecé hace cuatro años con temas rap pero poco a poco me he introducido en ritmos más bailables”, relata. Le gustaría vivir de ello algún día pero tampoco descarta continuar con el negocio de la entrega a domicilio. “Está claro que esto puede tener futuro”, afirma. Al menos de momento, el servicio va a continuar en el municipio financiado por el Concello.