Detalle del dispositivo aportado por el Anpa del centro.

La ventilación de las aulas en los colegios comenzará progresivamente a ser un problema con la llegada del invierno y, por tanto, del frío. La necesidad de ventilación imprescindible para evitar la transmisión del COVID por aerosoles pondrá en un brete indiscutible a los centros educativos. Por ello el IES Antón Alonso Ríos de Tomiño se ha adelantado y, con un medidor de dióxido de carbono (CO2) aportado por el Anpa del centro, ha lanzado un estudio para medir la calidad del aire en las aulas que será remitido a la Consellería de Educación para que lo valore. La Xunta propone una ventilación cruzada todo durante toda la clase, es decir, mantener la puerta abierta y abrir una ventana ubicada en el lado opuesto. Esto podría llevar, y está llevando, a que en muchas ocasiones los alumnos pasen frío. En el IES de Tomiño aseguran que ya ha habido momentos que han estado dando clase a doce grados.

El estudio revela que el aula puede estar hasta 20 o 30 minutos sin ventilación antes de superar los límites de CO2 permitidos por los protocolos y que a partir de ahí se dispararían las posibilidades de contagio por aerosoles, por lo que se podría empezar con la ventilación cruzada como prevención cada veinte minutos, como forma de prevención, y no durante toda la clase. Además, se plantea abrir las ventanas entre hora y hora. Estas serían algunas de las soluciones que valoran desde el centro y que transmitirán a la Consellería de Educación. “Con la ventilación cruzada y abriendo las ventanas cada hora se mantiene la buena calidad del aire”, asegura Carlos Villlanueva, uno de los coordinadores del estudio. Otra posibilidad es la adquisición de unos purificadores de aire con filtros HEPA. Las familias de los alumnos del IES Antón Alonso Ríos de Tomiño se han movilizado por la seguridad de sus hijos. Concretamente, el Anpa hizo un llamamiento a los padres para que hicieran una aportación económica para la adquisición de los famosos purificadores de aire con filtro HEPA que se han demostrado tan eficaces para detener la transmisión del virus en espacios cerrados. La idea es comprar 45 purificadores, que serían financiados más o menos a partes iguales entre el Concello, el centro educativo y las familias. El llamamiento hecho por el Anpa para la compra de estos aparatos ha recibido una respuesta inmediata y los padres ya han aportado todo el dinero necesario para su adquisición. Cada dispositivo, en función del modelo, se puede situar entre los 200 y los 300 euros. El problema es que no pueden adquirirlos todavía porque necesitan la autorización de la Consellería de Educación, que todavía no ha llegado y que esperan que se agilice tras las conclusiones aportadas en el estudio realizado de calidad del aire.