“No somos solo los bares y restaurantes, hay mucha gente detrás, proveedores de bebidas y alimentación...Todos vamos a la ruina”, clamaban ayer los hosteleros miñoranos al emprender la marcha la caravana de 200 vehículos que recorrió Nigrán, Baiona y Gondomar para exigir la reapertura de los negocios y un plan de rescate a las administraciones con ayudas directas y exención de impuestos. La comisión de representantes del sector creada hace una semana en el seno de la Asociación de Empresarios do Val Miñor (OValmi) calcula en 600 las empresas afectadas por el cierre forzoso de los negocios. Son en torno a 400 los establecimientos repartidos por los tres municipios y en torno a 200 las empresas que dependen de ellas, según apunta uno de los portavoces de la citada comisión, Pedro Villamarín, restaurador baionés. “Distribuidoras de bebidas, carnicerías, fruterías, comercializadoras de café y todos sus empleados...”, enumera.

Desde que la Xunta decretó el pasado 4 de noviembre la clausura de la hostelería en las áreas con cierre perimetral, la cifra de empresas que solicita expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) se aproxima a las 400 en todo el Val Miñor. En Nigrán y Gondomar, son unos 200 las cafeterías y locales de restauración que lo han hecho por el cierre impuesto, pero “gran parte de las firmas que nos sirven en Baiona también están en esa situación y tienen el personal mínimo para atender a localidades abiertas”, apunta Villamarín.

Son ya decenas los ERTE autorizados por la Xunta que permiten a los propietarios de los locales dejar de abonar la aportación a la Seguridad Social y al menos en dos casos, el Servicio Público Estatal de Empleo ha denegado las prestaciones a los trabajadores porque fueron contratados después del 18 de marzo. Son 26 los empleados de los restaurantes La Capitana y La Molinera, ambos en Nigrán, los que se han quedado sin ningún ingreso. Y los hosteleros miñoranos advierten de que serán “decenas” los que se van a encontrar en la misma situación en las próximas semanas. En una zona turística como el Val Miñor son numerosas las contrataciones que se efectúan en verano.

En Baiona, los 200 negocios del sector no pueden acudir al ERTE porque el municipio está fuera de las restricciones del entorno de Vigo. “No estamos cerrados, pero estamos confinados”, lamenta Villamarín. Las cafeterías siguen abiertas “para minimizar los gastos” y de los 50 restaurantes existentes, tan solo 4 siguen activos. “Nosotros dependemos de la gente del Val Miñor, de Vigo, de Ourense, de Portugal... Si no pueden venir, es una ruina”, recalca.

Nigrán otorgará 1.000 euros por bar cerrado y 600 por empleado sin ingresos

Los empresarios con negocios de hostelería de Nigrán y los trabajadores del sector sin prestación de Nigrán podrán optar a ayudas municipales. El gobierno local anunció ayer una línea de subvenciones directas para autónomos y empleados del municipio afectados por el cierre forzoso. Para los empresarios serán ayudas únicas de 1.000 euros y para los trabajadores sin derecho a ninguna prestación, de 600. El Concello destinará una partida de 120.000 euros del remanente de tesorería, es decir, del ahorro municipal, para esta cuestión, que se debatirá en pleno en diciembre para abrir el plazo de solicitud en enero, según explicó el alcalde Juan González. “Somos muy conscientes de la situación que atraviesan los hosteleros y nos preocupan los trabajadores que se quedaron sin empleo ni prestación. No vamos a dejar a nadie fuera”, señaló. El de Nigrán es el único ayuntamiento de la comarca que sufraga los gastos de reparto de comida a domicilio a sus restaurantes y que ha anunciado oficialmente medidas de apoyo al sector como la prorroga de la bonificación del 75% en la tasa de terrazas y la exención del pago de los recibos de basura y agua del próximo trimestre.