Los furanchos de Mos que quieran abrir en la temporada que se inicia en breve, además de vender su propio vino elaborado en casa, tendrán que adaptarse estrictamente, entre otras cosas, a la normativa sobre el tipo de comidas que pueden servir para acompañar al vino para no convertirse en un restaurante o bar clandestino durante los meses de apertura.

La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, aseguró ayer que se compromete con la hostelería mosense a poner todos los medios municipales a su alcance para garantizar que no se produce competencia desleal a los hosteleros y se cumplen las medidas sanitarias anti Covid.

Dada la difícil situación que están atravesando los negocios de la hostelería mosenses por de la crisis sanitaria de la Covid-19, y puesto que el inicio de la temporada de furanchos se encuentra a la vuelta de la esquina (la temporada es de diciembre a junio/julio dependiendo del tipo de vino), la alcaldesa dijo que “desde el Ayuntamiento se iniciará, dentro de la Campaña Municipal de Apoyo a la Hostelería, un control exhaustivo de los furanchos para evitar que se produzca competencia desleal a los hosteleros mosenses y para garantizar que se cumplen rigurosamente todas las medidas sanitarias”.

Arévalo declaró a este respecto que “no vamos a perseguir a nadie ni beneficiar a unos por encima de otros, buscamos una convivencia igualitaria equitativa y respetuosa en la que se cumplan escrupulosamente las normas, sobre todo en estos complicados tiempos que corren”.

Según la alcaldesa, Mos tiene en estos momentos 75 establecimientos de hostelería y en este año 2020 solo se concedieron 14 licencias para la apertura de furanchos y el pasado año 2019 fueron 19.

La mayor cifra de licencias de furanchos concedidas en Mos tuvo lugar en 2016, con 22, momento a partir del cual el número comenzó a descender.

La regidora asegura que cada año se hacen controles de furanchos, pero en la nueva temporada se incrementarán, respondiendo a una exigencia del sector hostelero.