La buena acogida de la iniciativa puesta en marcha por la Cofradía de Pescadores “San Xoán” de Cesantes, que permite a los consumidores particulares adquirir distintas especies de pescado y marisco directamente en la lonja, ha tenido un impacto muy negativo en las pescaderías de la plaza de abastos de Redondela. Los propietarios de los puestos aseguran que la afluencia de clientes en el mercado ha bajado de forma notable desde que el pósito comenzó a vender al público, una práctica que califican de “competencia desleal” y que amenaza con arruinarles la campaña navideña, el momento del año con mayor volumen de ventas.
“No entendemos qué necesidad tenían de hacer esto, si esto sigue así nos vamos a quedar en nada, tendremos que cerrar”, lamenta Rodrigo Villar, propietario de tres puestos de pescado en el mercado redondelano, que critica las formas de la cofradía para poner en marcha la iniciativa. “Ha sido como una puñalada por la espalda, lo hicieron sin consultarnos nada. Nos enteramos por las redes sociales cuando somos sus clientes y deberían habernos informado para que pudiéramos darles nuestra opinión”, señala Villar.
El malestar por las ventas de la lonja es notorio entre todos los pescaderos de la plaza. Además de las quejas por la pérdida de clientela, aseguran que al poner la cofradía venta al público antes de la subasta, hay días que se quedan sin género. “Hay menos variedad para escoger, incluso dos días no pudimos comprar choco porque se había agotado antes de salir a subasta, cuando es el producto estrella en Redondela”, critica Margarita Castro, otra de las vendedoras.
Además, la venta al público en lonja de una amplia variedad de pescados provoca que a los puestos del mercado les sobre producto a diario, que o bien tienen que llevarlo a sus casas o en muchos casos tirarlo al tratarse de producto perecedero. “Hubo días que se amontonaban 70 y 80 personas en la lonja para comprar, y esos son clientes que perdemos nosotros. Hemos notado que nos sobra mucha más mercancía cada jornada, y eso nos causa un importante daño económico”, asegura Vanesa Táboas, otra de las pescaderas.
Otra propietaria, Melissa Álvarez, recuerda que el pasado año en la temporada de la xouba se comprometieron con la cofradía redondelana a comprar a un precio fijo, “y cuando estaba más barata nosotros seguimos pagándola al precio acordado para ayudarles, y ahora en cambio nos vienen con esto que nos va a acabar arruinando. Siempre nos preocupamos de que el producto de Redondela se quede en la villa, pero parece que no quieren que sigamos haciéndolo. Tienen que darse cuenta de que nos están perjudicando mucho”, concluye.
