Cientos de aves procedentes del norte de Europa visitan el estuario de A Foz en esta época del año. Están de paso en su migración hacia zonas más meridionales, como Doñana, en busca de temperaturas más altas. La marisma es un espacio protegido por su biodiversidad y su valor paisajístico, incluido en la Rede Natura 2000 desde 1999.

Paradójicamente, donde los pájaros encuentran acomodo para su escala en la vegetación marismeña y alimento en la combinación de aguas dulces y saladas, la contaminación no deja sitio al desarrollo exitoso de otras especies. Bivalvos como la recordada cadelucha, que proporcionaba sustento a unas 60 familias hace veinte años, han desaparecido prácticamente en un espacio que cumple exactamente diez cerrado al marisqueo por los crecientes niveles de bacteria e-coli, presente en las aguas fecales.

La desembocadura del río Miñor ha sido calificada ya por los investigadores como “una alcantarilla a cielo abierto” y los estudios apuntan al mal funcionamiento de la depuradora de Gondomar como la principal causa. Pero ninguna administración da un paso adelante. Por el momento, Xunta y Concello gondomareño siguen enzarzados en una batalla judicial por el bloqueo de unas obras para completar el saneamiento sin que ni de un lado ni del otro se vislumbre una salida.

La Unión Europea confirmó en 2016 que el principal foco contaminante es la Estación Depuradora de Augas Residuais (EDAR) de Gondomar. Amenazaba incluso con multas por la negligencia de las administraciones en la gestión del saneamiento. La instalación ubicada en Donas recibe un caudal de fecales y pluviales muy superior a su capacidad y los desbordes sin tratamiento son constantes, especialmente en la temporada de lluvias, cuando se cuelan las aguas pluviales en la red y la colapsan.

Otro estudio

Así lo suscribe Ricardo Beiras, catedrático de Ecología de la Universidad de Vigo, quien apunta no solo a la EDAR, sino también a la parte alta de la red de saneamiento gondomareña, cuyo deterioro acaba enviando vertidos al río aguas arriba. Su equipo de investigación realizó muestreos en 2018 por encargo de la Mancomunidade do Val Miñor. El organismo supramunicipal promovía una investigación para identificar los principales focos que se atascó en los despachos. Cada uno de los tres concellos debía aportar 6.000 euros y no había acuerdo. El actual presidente del ente comarcal, Carlos Gómez, ha retomado el diálogo con sus homólogos en Nigrán y Gondomar para desbloquear la investigación y sacarla a concurso público próximamente.

Para la Plataforma pola Protección da Foz do Miñor, que une a once colectivos vecinales de la comarca y a la Cofradía de Pescadores A Anunciada de Baiona, es “fundamental que se localice cada vertido para llegar a una solución”, indica su presidente, José Luis Taboada. La agrupación pretende presionar a las administraciones para que “resuelvan de una vez por todas la contaminación de A Foz porque fue un recurso económico de la comarca y debería volver a serlo”.

“La pelota está en el tejado de la Xunta”, considera Taboada. “Todo el mundo sabe que el problema viene de la depuradora de Gondomar” , recalca. “Lo que están buscando son excusas para echar la culpa a otros”, sentencia.

Se refiere a la decisión de Augas de Galicia de reclamar 600.000 euros al Concello de Gondomar por los perjuicios de su bloqueo a la polémica estación de bombeo que pretendía instalar en el centro urbano junto al río para mejorar la eficacia de la depuradora.

GONDOMAR PIDE UNA SEGUNDA EDAR EN A PASAXE PARA SOLVENTAR EL PROBLEMA



La falta de diálogo entre la Xunta y el Concello de Gondomar ha acabado con un pleito sin salida para el problema. Augas de Galicia pretendía mejorar la eficiencia de la depuradora con la polémica estación de bombeo y el gobierno local paralizó las obras hace 5 años. Por los perjuicios le reclama 600.000 euros. El alcalde, Francisco Ferreira, augura que el asunto acabará en los juzgados. “Nosotros no tenemos por qué tragar con una mole de hormigón de 200 metros cuadrados y 2,5 metros de altura junto al río en pleno centro urbano porque un gobierno anterior –el del exalcalde popular Martín Urgal entre 2009 y 20011– pusiese los terrenos a disposición de la Xunta”, explica. “Ofrecimos alternativas como colocar la estación de bombeo 150 metros río abajo, alejada de viviendas, o incluso en la zona de As Cercas y se negaron”, recalca.

El entonces concejal de Urbanismo, Antonio Araúxo, portavoz de Manifesto MIñor, firmó la paralización de las obras y volvería a hacerlo. “Este despropósito nunha zona verde era unha hipoteca de por vida. O consumo eléctrico e o mantemento custaría 35.000 euros ao ano. Gondomar corre neste momento co mantemento de 3 estacións de bombeo que xuntas non chegan a unha décima parte da proxectada pola Xunta. Nos últimos dez anos levamos gastado máis de 400.000 eruos e sempre están dando problemas e vertendo aos ríos”, apunta. Ferreira sigue apostando por el diálogo y tiene una cita pendiente con la directora de Augas de Galicia para plantearle dos fromas de encontrar una solución. Por un lado solicitará una ampliacón de la EDAR de Donas, para lo que ya ha contactado con vecinos para la cesión de terrenos y, por otro, solicitará que se replantee la depuradora prevista en el polígono de A Pasaxe, para que no solo sirva a las naves, sino que recoga las aguas procedentes del campus de Vigo y de Zamáns y Valladares que van a parar a Gondomar.