Los nigraneses del futuro podrán contar a sus hijos las leyendas de su parroquia aunque no las hayan escuchado nunca en casa, y conocer cómo se llamaba el camino más próximo, la fuente de más abajo... Los viejos microtopónimos corrían riesgo de perderse en el olvido pero el Concello de Nigrán los ha salvado gracias a los trabajos de recogida de la tradición oral de sus siete parroquias. Algo más de 7.000 nombres de lugares como campos, cultivos, pazos, montes, lavaderos, presas, regatos, hórreos, entre otras referencias, quedarán guardados para siempre en los archivos municipales, geolocalizados para encontrarlos a través del móvil y a disposición de todo aquel que quiera consultarlos en una página web.

Hace cinco años que el gobierno municipal puso en marcha esta iniciativa con una inversión aproximada de 13.000 euros. Contrató al Clube Espeleolóxico Maúxo, que recopiló en torno a 750 registros de Chandebrito en colaboración con la Asociación de Veciños 1807 de la parroquia y señalizó viales y espacios públicos según los recuerdos de los lugareños para preservar la tradición.

Al Instituto de Estudos Miñoráns le encargó el resto de parroquias. En Priegue recogieron más de 700 y más de 3.000 en Panxón, Parada y Camos. Los últimos trabajos, entregados esta semana por los investigadores de la entidad, corresponden a las dos restantes parroquias. En San Pedro reunieron en torno a 1.600 términos de los 57 lugares registrados gracias a las entrevistas con una treintena de informantes, que hablaron espacios tan desconocidos por las nuevas generaciones como Cornucho y Malvaxuda en la zona de Area, de Enxurreira en O Carballas o de Marmaxuda en As Tomadas. Y en el caso de Nigrán fueron 23 los veteranos vecinos entrevistados para referenciar un total de 1.200 microtopónimos en 62 lugares registrados. Entre ellos, Cocho en A Telleira, Penicho en Vilameán o Roubada y Galleiras en As Angustias.

Los estudios de las siete parroquias sirven de referencia al departamento municipal de Urbanismo para “bautizar” oficialmente docenas de calles que no figuran en el inventario patrimonial local y que carecen de nombre oficial. “Muchas de estas nuevas calles que se añadirán al callejero municipal ya tienen incluso la placa con su nombre desde hace años, pero hay decenas que no y, en este caso, los estudios de microtoponimia permiten ponerles nombres de forma correcta, tal y como las conocen desde antaño los lugareños, señala el alcalde, Juan González, quien recuerda que, “aunque no encargamos estos trabajos con ningún fin urbanístico, esta es una muestra más de la importancia no solo cultural, sino práctica que tienen”.

Los estudios incluyen fotografías de los elementos materiales más destacados de cada parroquia, grabaciones de las personas que más sobresalen por sus conocimientos y la geolocalización de la toponimia mayor y menor.

Todo quedará documentado en una web donde se geolocalizará y referenciará el material de forma que resulte fácilmente accesible. La página servirá como fuente documental y fijará los topónimos de forma correcta para siempre. “Blindamos nuestra cultura oral a la vez que abrimos la posibilidad a muchos vecinos de localizar propiedades que figuran en escrituras pero que no saben situar,”, añade el regidor.