Un grupo de militantes y simpatizantes del BNG se concentró ayer a las puertas del centro de salud de Panxón para exigir el desconfinamiento del servicio y la reactivación de la atención presencial.

Los nacionalistas denunciaron las "desastrosas consecuencias de la apuesta preferente por la consulta telefónica que hizo el Sergas: profesionales al límite, con un agotamiento mental insoportable, esperas de semanas, colas para acceder a los centros, atrasos en el diagnóstico de enfermos con patoloxías graves o pacientes indefensos, demoras en los controles de salud de pediatría, etc".

Problemas que, según afirman, "están provocando la desprotección de la población con menos recursos, lo que lleva a un problema de cronificación de patologías y de atención tardía".

La protesta, a la que acudió la parlamentaria del Bloque Carmela González, defendió una atención sanitaria digna, aumentando los tiempos de consulta y los presupuestos destinados a la atención primaria en 200 millones de euros, además de insistir en la necesidad de la puesta en marcha de un plan de choque para reducir las listas de espera hospitalarias.