Los efectos de la crisis económica y sanitaria se están dejando notar ya en la demanda del banco de alimentos municipal de Nigrán. El confinamiento dejó sin fuente de ingresos a numerosos vecinos y el número de demandantes de comida se multiplicó por tres inicialmente. De las 26 familias que la Concellería de Servizos Sociais atendía antes del coronavirus pasó a surtir a 78 en abril y mayo. En los últimos meses la cifra se ha estabilizado en 36, según fuentes del departamento, que está prevenido para un nuevo incremento. El gobierno municipal se anticipa a las necesidades previstas con una reserva de 100.000 euros procedentes del superávit para gastos de emergencia social como la compra de comida o la cobertura de toda clase de servicios esenciales como auga o electricidad, entre otros.