Con el telón de la decimoséptima edición del Festival de Cans bajado, toca hacer balance. Al margen de las proyecciones, los coloquios, los paseos en chimpíns y los premios, el festival de cine porriñés también tiene repercusión en la economía local. En esta edición, la primera de la era Covid, el evento generó un total de 108 contrataciones laborales y recibió a cerca de 2.500 personas que asistieron de manera física a alguna de sus actividades a lo largo de sus cuatro días de duración. La cifra de contrataciones es similar a la de años anteriores, pero la de público se aleja del récord histórico registrado el año pasado, con 15.000 asistentes. Esto, lejos de ser una derrota, es una gran victoria, pues este festival de cine ha sido de los primeros de Galicia en la "era Covid" en acoger a tantas personas sin que se haya registrado ningún contagio de coronavirus, tal y como confirma la organización.

En cuanto a las 108 contrataciones realizadas, cabe destacar que 40 fueron contratos directos, relacionados con producción, merchandising, trabajo en barras y transporte; 18 corresponden a servicios prestados por autónomos relativos a comunicación, producción musical, diseño gráfico o programación; y 47 tuvieron que ver con contrataciones indirectas de empresas que prestaron servicios al festival, como es el caso de limpieza e higiene, seguridad privada, electricidad o catering. Todas ellas se hicieron según las necesidades, con contratos de días, semanas e incluso meses; y la mayoría de las personas contratadas pertenecen a la comarca de A Louriña, sobre todo de Porriño y de la propia parroquia de Cans.

La organización del festival eligió entre sus principales proveedores a cerca de 30 empresas locales que le prestaron diversos servicios: restauración, ferretería, artesanía o imprenta. Un ejemplo de consumo de "Kilómetro 0" que caracteriza al Festival de Cans, el cual, entre los días 1 y 5 de septiembre, reservó de forma directa 102 habitaciones para acoger a cineastas, músicos, patrocinadores e invitados.

Desde la organización califican como "muy buenas" estas cifras, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias. "Salimos reforzados de esta experiencia y con un máster en organización de eventos; hubo gente que nos dijo que se sentía más seguro en el festival que en su propia casa", destaca Alfonso Pato, director del Festival de Cans.

Las felicitaciones del público y la celebración de un evento que en cuatro días acogió 2.500 personas, sin que se haya conocido ningún contagio por coronavirus, es el premio a meses trabajando, no solo en la programación del festival, sino también en los protocolos de seguridad. "Estuve varias noches sin dormir porque es una responsabilidad muy grande", comenta Alfonso Pato, dispuesto a afrontar nuevas ediciones del festival más agroglamouroso, con Covid o sin él.