Primero fue una bocatería, luego una tapería y ahora un local de comida tradicional. La hostelería del casco vello de Baiona se está viendo afectada por el goteo de positivos por Covid-19 en el área sanitaria viguesa.

En este caso fue un empleado de A Taberna do Abrente que no trabajó el fin de semana. Se encontró mal el domingo y se realizó la prueba. Supo el resultado el lunes y llamó al local, donde tenían el comedor lleno. Suspendieron las comidas y cerraron. No cobraron y a los que tenían reservas y no fueron atendidos, prometen invitarlos cuando regresen.

La buena noticia llegó ayer cuando les comunicaron el negativo de los otros tres trabajadores -el matrimonio propietario y su hijo-. Ya era el segundo negativo. Cuentan que les dijeron que pueden hacer vida normal, pero "por responsabilidad" y también por un poco de cansancio, prefieren cerrar diez días aunque pierdan "los 10 mejores días de la campaña de verano". Mientras, una empresa desinfectará el local dos veces.

Desconocen dónde se pudo contagiar el empleado y, por el momento, no hay más infectados vinculados.